Albert Serra: oro, incienso y mirra

Finalmente, se ha desvelado la incógnita con el estreno mundial de El cant dels ocells, segundo filme del realizador catalán Albert Serra y único largometraje de director español este año en el festival.

La trama de la película, presentada en la Quincena de Realizadores de Cannes, es escueta como la propia sinopsis del catálogo; es decir, los tres Reyes Magos viajan en busca del Mesías, que acaba de nacer.

De primera mano tendremos que reconocer algo: el filme cuenta en su contra con la ausencia del factor sorpresa, elemento clave que en la anterior Honor de Cavallería generó un curioso efecto bola de nieve entre la cinefilia más aguerrida; se ha escrito, rumoreado y elucubrado tanto sobre esta nueva cinta que durante la proyección uno no deja de tener la sensación incómoda de estar visionándola por segunda vez y no en su estreno mundial.

Más allá de esto, que no deja de ser tangencial, Serra ha conseguido llevar a buen puerto una empresa ciertamente complicada, alcanzando nuevas cotas en el delirante sentido del humor que es ya marca de la casa. Las secuencias de los tres Reyes Magos derivando por el desierto, discutiendo o escudriñando el cielo a la búsqueda de una estrella son sencillamente y a su propia manera antológicas.

Además, logra algunos de los momentos formalmente más hermosos que, de momento, hemos podido ver en esta edición del festival. De manera especial, un plano de belleza sobrecogedora que sirve para coronar la película.