Este artículo se publicó hace 13 años.
Altamira, a la espera de una decisión contundente
La cueva sufre la pelea política por la llamada del turismo
La pregunta es inevitable: ¿Cuándo las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar? La noticia sobre el cierre al público de la tumba de Tutankamon coincide con la controversia sobre el intento de reapertura de la cueva santanderina de Altamira, cerrada desde 2002 por el deterioro de sus célebres pinturas de bisontes de 15.000 años.
Un informe de 2009 del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) alertó de que las visitas podrían poner en peligro las pinturas milenarias. El documento fue decisivo para mantener su clausura. Al menos, de momento. Porque la impaciencia de los políticos cántabros llevó el pasado 16 de diciembre al Patronato de Altamira a apartar al CSIC de las investigaciones y encargar otro dictamen a un grupo de expertos internacionales, que deberá establecer los próximos meses un régimen controlado de visitas que garantice la conservación de las pinturas.
La impaciencia de los políticos cántabros llevó a la expulsión del CSIC
El presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla, hizo su particular lectura del estudio del CSIC y, lejos de asumir sus conclusiones, aseguró entonces que el CSIC "no ha querido mojarse". "No tiene los instrumentos precisos para decirnos si era factible una apertura controlada de la cueva y bajo qué condiciones", agregó el político.
El nuevo grupo internacional que estudiará la reapertura de la cueva prehistórica se presentará durante el primer trimestre de 2011 y, en principio, su trabajo se prolongará al menos durante un año.
Protestas científicasEl organismo ha alertado sobre el peligro de abrir la cueva
La decisión del Patronato de Altamira no sentó bien en el CSIC. "Cuando nos piden visitas experimentales para ver cómo afectan a la cueva, es absurdo, porque eso se sabe más que de sobra, está estudiado hasta la saciedad. Hay hasta una tesis doctoral sobre el tema", contó a Público hace unas semanas Sergio Sánchez-Moral, director de la última investigación del CSIC.
El informe elaborado por el CSIC no dejaba lugar a muchas dudas. Por un lado, pese a la considerable mejora alcanzada durante los años en los que la cueva ha estado cerrada, la situación de la sala de polícromos sigue siendo muy delicada. Las manchas verdes que provocaron la alarma en 2002 se han reducido, pero las colonias de bacterias que causaron el estropicio no han desaparecido del todo. "El umbral de riesgo está superado, puesto que ya hay colonias de bacterias. Todo lo que venga a partir de ahí es aumentar la enfermedad del paciente. Si se abre, el deterioro puede aumentar a tal velocidad que en un corto plazo de tiempo ya no necesitemos estar hablando de este tema porque no habrá nada que conservar", llegó a afirmar a este periódico Juan José Damborenea, vicepresidente del CSIC. "Nosotros no podemos definir un régimen de visitas, porque no existe el método para decir si dos o diez", añadió.
En 2011, el estudio quedará en manos de expertos internacionales. "En Europa hay poca gente que se dedique a esto de la forma en la que nosotros lo hacemos, pero claro, si quieren abrirla tendrán que llamar a otros", aseguró tajante Sánchez-Moral. Fuera como fuese, los expertos internacionales tendrán la última palabra en los próximos meses.
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