Este artículo se publicó hace 12 años.
Angelina, en el amor y en la guerra
La actriz da su visión del conflicto en los Balcanes en su debut en la dirección con 'En tierra de sangre y miel'
Aitana Vargas
Cada vez está más claro que existen dos Angelinas. La primera es una superestrella que viste Versaces asimétricos y elige papeles insustanciales, con los que explota hasta la saciedad su imagen de femme fatale de videojuego. La segunda tiene hijos por doquier que procrea y adopta sin cesar, se implica en causas humanitarias y tiene un discurso que, pese a resultar menos profundo de lo que pretende, se sitúa bastante por encima del coeficiente intelectual hollywoodiense.
No hay duda de que el debut de la actriz en la dirección es producto de la segunda cabeza de esta mujer bicéfala. En tierra de sangre y miel ofrece su particular visión de la guerra los Balcanes, a partir de la relación entre un soldado serbio y una prisionera bosnia en pleno conflicto armado. Ambos protagonizaron un romance la noche que estalló la guerra. Ahora se vuelven a encontrar, pero en un campo militar donde su historia de amor, ubicada en algún lugar entre Romeo y Julieta y Portero de noche, se ha vuelto del todo imposible.
Como ya habían avanzado las críticas llegadas de Estados Unidos, donde la película fue estrenada a finales del año pasado, En tierra de sangre y miel no descubre un talento oculto de Jolie para la realización. Sin ser ninguna calamidad, la película demuestra una aptitud reducida para contar su historia sin más recursos que la sentimentalidad gratuita y la trascendencia histórica de lo que cuenta. Cabe decir que Jolie no ha escogido la vía fácil del encefalograma plano y ha asumido riesgos relativos, como una esforzada (aunque también fallida) búsqueda de verosimilitud, a través de una fotografía sucia y de una estética que transporta inmediatamente a los años noventa.
También la elección de un tema tan incómodo para el grueso de espectadores del Medio Oeste resulta loable. Pese a todo, parecen justificables las críticas recibidas por su simplismo y parcialidad probosnia, que han llevado al director Emir Kusturica a calificarla de "propaganda asquerosa de Hollywood". La ciberesfera serbia está que arde desde que empezó el rodaje de la película, filmada en Hungría con un presupuesto de 13 millones de dólares, muy estimable para una película independiente pero irrisorio cuando se trata de una producción hollywoodiense.
Muchas visiones y una guerra"Lo que he hecho no es un documental, sino una interpretación artística del conflicto. Existen muchas historias diferentes que contar y muchas versiones diferentes de la guerra", se defendió ayer Jolie durante una multitudinaria rueda de prensa que certificó que se trataba, seguramente, de la película más esperada de todo el festival. La directora también rebatió las acusaciones de tremendismo, en referencia a la brutalidad constante, los bebés muertos y violaciones de mujeres que se suceden a lo largo del metraje. "Esto es sólo una pequeña parte de lo que es, en realidad, la guerra", dijo, con el convencimiento de quien ha luchado en una. Jolie se presentó rodeada de un numeroso equipo de actores balcánicos, que revelaron su descrédito mayúsculo ante el proyecto cuando fueron contactados por primera vez para que interpretaran sus papeles.
Preguntada sobre lo extraña que parecerá esta cinta en el conjunto de su filmografía, Jolie respondió con determinación: "Se deben encontrar formas distintas de hablar de cosas que importan". La actriz, que recordó que hace dos años que no rueda una película como intérprete, reveló que su próximo proyecto llevará la marca Disney. Tampoco sería cuestión de desacostumbrar a las masas.
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