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Apaguen las alarmas

EDUARDO ARCOS

La reacción popular al último anuncio de Twitter (#CensuraTwitter) es producto de una gran desinformación en la forma en cómo ejercen la libertad de expresión en su plataforma.

La eliminación de mensajes y cuentas en Twitter no es nueva. Desde sus inicios lo hacen ante demandas legales que procedan o el incumplimiento a sus términos de uso. La gran diferencia consiste en que ahora esos mensajes no serán accesibles desde el país donde la demanda fue originada.

El cambio no debería interpretarse como que se ajustan a la censura de países con gobiernos totalitarios donde muchos de sus ciudadanos usan redes sociales para expresarse, sino que pretenden conciliarse con el contexto cultural o histórico como el hecho de que expresiones pro-nazis son ilegales en Alemania.

Considerando que han eliminado tuits desde que iniciaron operaciones, este cambio hace la censura menos drástica. Si la Justicia obligaba a Twitter a eliminar un mensaje, este se borraba de forma global. Ahora solo se hará en el país donde tienen jurisdicción. Entonces no debe ser algo que nos alarme. De hecho, como parte del cambio, muestran en ChillingEffects.org todas las demandas recibidas para eliminar contenido.

 

 

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