Este artículo se publicó hace 14 años.
Un ataúd de leyenda en el centro de la polémica
Enrique Morente fue despedido en Madrid por más de un millar de ciudadanos tras serle practicada una autopsia por una posible negligencia médica. Los restos del cantaor serán enterrados esta tarde en el cementerio de San Jos&eacu
La confluencia de las calles de Fernando VI y Pelayo, en el centro de Madrid, se convirtió en una especie de altar a la figura y memoria del cantaor Enrique Morente, fallecido el lunes a los 67 años. En esa esquina se levanta la sede de la SGAE, donde se instaló la capilla ardiente del músico, que será enterrado el miércoles en Granada.
Mientras amigos, músicos y políticos se acercaban al lugar para despedir a Morente, continuaba la polémica desatada por las denuncias de la familia al centro médico donde fue operado. Los allegados del cantaor presentaron dos denuncias, una el sábado 11 y otra el lunes 13, y solicitaron la autopsia. El cadáver trasladado al Instituto Anatómico Forense el lunes por la tarde.
Tras conocer las denuncias y "ante la multitud de informaciones erróneas manifestadas en distintos medios de comunicación en relación con la enfermedad de D. Enrique Morente", el equipo médico explicó por la tarde, como había adelantado Público, que el cantaor padecía cáncer: "Ingresó para operarse de un cáncer de esófago de 4,5 centímetros de diámetro, localizado en el tercio medio, con metástasis linfáticas", informaba la clínica en un comunicado, aunque la familia del cantaor no había hecho público en ningún momento cual era la causa del ingreso de Enrique Morente en la clínica La Luz.
Los familiares han presentado dos denuncias contra la clínica
En el último comunicado de la familia, que se produjo para informar del estado de muerte cerebral del cantaor en el mismo día que acabaría produciéndose el fallecimiento, ya dejaban entrever desavenencias con el equipo médico. "La familia desea dar a conocer, igualmente, que hasta el pasado sábado, día 11, no tuvo constancia de que el estado de Enrique Morente era el de un coma profundo", rezaba el escrito.
El cuerpo de Morente llegó a la sede de la SGAE a las 16.30 horas. Desde las doce habían comenzado a llegar al lugar amigos del cantaor. Los escritores Almudena Grandes y Luis García Montero, el bailarín Joaquín Cortés, el flamencólogo Félix Grande y los políticos José Antonio Griñán, presidente de la Junta de Andalucía, y Bibiana Aído, ex ministra de Igualdad, fueron de los primeros en aparecer. Gallardón, por su parte, anunciaba que Madrid tendrá la calle de Enrique Morente.
Banda sonora espontáneaFrente a la puerta de entrada, alguien había pegado un cartel de Camarón de la Isla en el que se leía: "Bienvenido, Enrique". Sobre las once y media de la mañana se comenzó a oír en la calle, a gran volumen, el disco Omega, que Morente grabó junto a Lagartija Nick en 1996. Pero el sonido no procedía del Palacio de Longoria (sede de la SGAE), sino del tercer piso del edificio de enfrente.
Alejandro Sanz, Joaquín Sabina y Massiel visitaron la capilla ardiente
Una vecina, Ángeles Fernández, puso el disco "a toda pastilla" y luego abrió las ventanas de par en par: "Me he ido a la librería y dejé el disco sonando. Soy muy fan de él y ahora su vecina de última hora. Lo voy a acompañar en sus últimos momentos", explicaba Fernández en su salón, mientras buscaba el disco de Morente con poemas de Miguel Hernández. "Espero que no venga ahora la SGAE a cobrarme por poner la música alta y animar el cotarro. Aunque por Morente, pagaría la multa", señaló la seguidora del cantaor.
La banda sonora de Ángeles siguió sonando hasta bien entrada la tarde, cuando la viuda de Morente, Aurora Carbonell, y sus tres hijos, Estrella, Soleá y Quique, entraron en la sala donde se encontraba el féretro.
Fue a partir de las cinco de la tarde cuando comenzó a llegar el grueso de artistas que compartían amistad con Morente. Paco de Lucía, Alejandro Sanz, Antonio Carmona, Javier Limón, Tomatito, Kiko Veneno, Joaquín Sabina, El Brujo, Massiel, Pitingo y Miguel Poveda fueron algunos de los que se dejaron ver en la capilla ardiente. Vicente Amigo, que no pudo asistir, envió un mensaje donde definió a Morente como "el puente que cruzaba a flamencos y no flamencos para hacer un viaje maravilloso hacia los adentros de cada uno". Y en la calle seguía cantando Enrique.
Una guerra de comunicados10 de diciembre
La familia del cantaor da a conocer su primer comunicado en relación a su estado de salud. Cuando los medios ya anuncian que Morente se encuentra en la UCI, la familia difunde que “no dispone de ningún parte médico por escrito sobre el estado de salud del enfermo”. Lo extraño es que ese mismo día, el alcalde de Granada visita la clínica La Luz y declara a la salida que Morente está en coma.
13 de diciembre (mañana)
Segundo comunicado de la familia, que vuelve a desvincularse de las informaciones aparecidas en prensa. En el mensaje confirman que Morente “se encuentra actualmente en estado de muerte cerebral”. Añaden que “hasta el sábado, día 11”, no supieron que el cantaor estaba en coma profundo.
13 de diciembre (tarde)
La clínica La Luz anuncia el fallecimiento de Enrique Morente a las 16.40 horas. Hasta este momento, ningún comunicado explica la causa de la operación.
14 de diciembre
El equipo médico aclara, “ante la multitud de informaciones erróneas” , que Morente “ingresó para operarse de un cáncer de esófago de 4,5 cm de diámetro”.
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