Este artículo se publicó hace 14 años.
El barco bajo la zona cero era un velero de carga
Los arqueólogos aseguran que la nave ayudó a "levantar la ciudad de Nueva York"
Los restos del barco del siglo XVIII enterrado bajo los cimientos de las Torres Gemelas eran los de un velero bergantín, aproximadamente del mismo tamaño que el de la Canción del pirata de Espronceda. En su tamaño acaba el romanticismo. Ni de diez cañones por banda, ni tesoros a sus pies, esta pequeña embarcación de casi 10 metros de longitud a la que nos referimos era un humilde carguero, de acuerdo con las primeras impresiones de los expertos que estos días lo desmantelaron para trasladarlo al Laboratorio de Conservación Arqueológica de Maryland.
Pero lo que pierde la leyenda, lo gana la Historia, pues, según informó Warren Riess, especializado en arqueología marina, este carguero de dos mástiles "es uno de los barcos que ayudó a levantar la ciudad de Nueva York" y su hallazgo permitirá conocer algo más la vida cotidiana de la ciudad en los albores de su fundación.
Los expertos descartan que fuera usado para trasladar esclavos
La sencilla nave se dedicaba al comercio de cabotaje, llevando a la futura metrópoli todo tipo de mercancías, como madera que recogía en la cercana Nueva Inglaterra o azúcar y melaza que cargaba en el lejano Barbados.
Aunque los expertos no descartan que durante su examen futuro puedan descubrir que el barco tenía tres mástiles en lugar de dos o, incluso, se tratara de una goleta en lugar de un bergantín, lo que no parece que vaya a variar es su condición de carguero.
No transportó esclavosWarren Riess: "La nave fue construida por los mejores ingenieros"
Los arqueólogos también están seguros de que el barco no estaba preparado para cruzar el Atlántico, pues no se han encontrado, en las planchas de madera más bajas de su casco, los restos del calafateado que habría necesitado para resistir las sacudidas del agua en alta mar. Además, descartan que fuera usado en tareas menos nobles, como el traslado de esclavos, ya que se trataba de una nave muy pesada para un comercio que necesitaba cierta rapidez.
Sin embargo, tales carencias no significan que se trate de un barco fabricado con poca finura. "Esta nave fue construida por los mejores técnicos e ingenieros de su tiempo", aseguró Riess, a quien ha llamado mucho la atención la cazoleta de una pipa de arcilla (la cánula no se ha encontrado) hallada bajo las maderas de la cubierta. "Esta fue la pipa favorita de algún fumador", comentó.
Otro descubrimiento sorprendente que ha permitido el primer análisis de la nave ha sido el de la composición de sus clavos, pues había más de hierro que de madera de un barco de esa época en contra de lo que esperaban los historiadores marinos.
Eso es precisamente lo que hace valioso a este barco, según Riess: es un buen ejemplo para conocer cómo se construían no los buques de bandera, sino las naves comunes y utilitarias. Para que nos hagamos una idea, el descubrimiento es similar a como si pasados cientos de años los arqueólogos encontraran enterrado un Seiscientos en lugar de un Bugati.
Riess y su equipo también creen que el barco, hallado en el sur de Manhattan, la zona donde se establecieron los primeros colonos de la isla, con un pequeño puerto, quedó abandonado en el lugar donde ahora ha sido hallado hacia principios del siglo XIX. Sostienen que ese terreno se convirtió por aquel entonces en un vertedero de la ciudad, conclusión a la que han llegado tras examinar el daño producido a la madera por ciertos agentes orgánicos.
Desde que en los años setenta esa zona sur de Manhattan se cambió por completo para ganar terreno al río Hudson y construir las Torres Gemelas, junto con un barrio residencial para empleados de Wall Street, los hallazgos arqueológicos han sido constantes y han permitido conocer mejor la historia temprana de Nueva York. Por ejemplo, a principios de año, se descubrieron bajo el ayuntamiento los restos de un hospicio en el que se encontraron cientos de piezas, monedas, vajillas y otros utensilios. El examen de esos objetos ha hecho suponer a los historiadores que al comenzar el siglo XIX el barrio estaba ocupado por pobres y presos, algunos procedentes de la Guerra de Independencia.
Los arqueólogos esperaban haber terminado ayer viernes el desmantelamiento de la embarcación de la zona cero, pero el estudio se prolongará durante un tiempo indefinido, según indicaron.
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