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Una base de pruebas para el Pentágono

'Call of Duty: Black Ops II' nos introduce en una futura pero cercana Guerra Fría con un arsenal de tecnología y armas que EEUU está probando para sus próximos conflictos bélicos

EDUARDO ORTEGA

Una historia a cargo del guionista de la trilogía del Batman de Christopher Nolan; una magistral banda sonora tras la que está Trent Reznor, alma máter del grupo Nine Inch Nails y compositor de la película La Red Social  (David Fincher, 2010) por la que ganó un Oscar, y unos ingresos por encima de las mayores superproducciones del cine.

Hace años ya que la industria del videojuego se mueve en unos escenarios nunca vistos y maneja cifras de dinero inmensas, mayores que la de la música o la del cine. Pero probablemente nunca se había expresado tan clara y firmemente.

Call of Duty: Black Ops II, el último de una larga saga, superó -con 500 millones de dólares- el día de su lanzamiento el pasado mes de noviembre en ingresos a películas tan taquilleras en los últimos lustros como Harry Potter o Star Wars. Y a los quince días llegó a los 1.000 millones, rebasando a la todopoderosa Avatar (James Cameron, 2009), que tardó 17 días en alcanzar la misma cifra.

Y todo eso se refleja en lo último de Activision y Treyarch. Una historia novedosa, guiada por un hilo conductor nunca visto hasta ahora en la franquicia, gracias al guión de David S. Goyer. Un juego a caballo entre los últimos coletazos de la Guerra Fría -con escenarios como Afganistán o Nicaragua- y una futurista pero cercana Guerra Fría del siglo XXI, ambientada en el año 2025.

Black Ops II trata de mostrar escenarios fácilmente imaginables en la actualidad. Crea un futuro en una temible guerra fría entre Estados Unidos y China, pero que en realidad es sólo dentro de 13 años.

Black Ops II crea un futuro en una temible guerra fría entre Estados Unidos y China

Por ello nos muestran armas, herramientas, vehículos y tecnología futurista, pero con una amplia base en el presente y en armas que algunas de ellas directamente utiliza EEUU en la actualidad en Oriente Medio.

'Casi todo lo que aparece en el juego relacionado con robótica son proyectos que ahora mismo están siendo probados por el Pentágono', afirmaba el propio Goyer hace unas semanas a Rolling Stone.

Es sólo una muestra de la tremeda y sofisticada labor de investigación de Black Ops II.  Drones, torretas, cámaras inteligenes, helicópteros quadrotors sin piloto o visión a través de las paredes son una parte del arsenal armamentístico futurista que se puede usar en el juego.

Éste, junto con la historia, es uno de los principales puntos fuertes del último episodio de la saga. El modo campaña vuelve a resultar muy bueno, muy divertido y realista, con la novedad de las misiones Fuerza de Asalto. Cinco actos optativos de estrategia en tiempo real.

Por su parte, el modo multijugador vuelve a ser, un episodio más, adictivo. Se han introducido ciertas mejoras -mapas y otros contenidos-, aunque, no obstante hay una continuidad que lo convierten en un modo de lo mejorcito del mercado. Y además, Treyarch mantiene el modo campaña de Zombies, con nuevas posibilidades y herramientas para enfrentarse a las hordas que nos atacan.

El listón estaba bastante alto, pero Black Ops II se erige con este episodio en el mejor y más completo Call of Duty. Un juego a la altura decasi cualquier superproducción de Hollywood y que, probablemente, mejore muchas de las películas de acción que aperecen a espuertas cada año.

Black Ops II está a la venta desde el pasado 13 de noviembre para Xbox 360, PlayStation 3 y ya para Wii U.

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