Este artículo se publicó hace 14 años.
Los buenos se quedan en la celda
Celda 211 gana los principales premios, entre ellos mejor película y mejor director
Se lo dijo Andreu Buenafuente a Luis Tosar nada más empezar la ceremonia. "Celda 211. ¡Qué película! No he visto las 210 anteriores, pero bueno". A juzgar por el éxito del filme dirigido por Daniel Monzón, que ganó el Goya a la mejor película, es posible que lo que empezó como una broma acabe convirtiéndose en realidad: el cine español necesita más películas como Celda 211, un thriller carcelario que ha mantenido clavados en su butaca a 1,8 millones de espectadores y, al mismo tiempo, ha recibido el apoyo alborozado de la crítica cinematográfica. Lo nunca visto.
"Los directores hacemos películas para que conecten con la gente. Subo a recoger este premio en nombre de sus autores: todo el equipo del filme", dijo Daniel Monzón cuando subió a recoger el Goya al mejor director.
El filme de Daniel Monzón respondió a su condición de favorito
La película, adaptación de una novela de Francisco Pérez Gandul, cuenta la historia de un funcionario de prisiones que, en su primer día de trabajo, se ve atrapado en un motín. Tendrá que hacerse pasar por un preso y ganarse la confianza del líder de la revuelta, Malamadre, interpretado por un Luis Tosar en su registro más macarra. El intérprete gallego, ganador del Goya al mejor actor, recibió el premio más cantado de la noche. "Los actores hacemos trabajos buenos cuando tenemos buenos personajes. Malamadre era un bombón", dijo el intérprete con la figura de Goya en la mano.
También subieron a recoger su premio por su participación en Celda 211 Alberto Ammann (actor revelación), Marta Etura (actriz secundaria), Sergio Burmann, Jaime Fernández y Carlos Faruolo (sonido), Mapa Pastor (montaje), y Daniel Monzón y Jorge Guerricaecheverria (guión). Todos agradecieron el trabajo detrás de la cámara de Daniel Monzón.
La película, que lleva recaudados 11,5 millones de euros, fue la película más vista en España el fin de semana de su estreno. Lo mismo ocurrió el año pasado con REC 2, Spanish movie (número uno durante dos semanas) y Ágora (cuatro semanas en cabeza). Álex de la Iglesia, presidente de la Academia de Cine, recordó este éxito en su discurso. "El público ha ido a ver nuestras películas más que nunca", dijo. Además pidió "humildad" a los miembros de la industria del cine e hizo un llamamiento a las televisiones para que sigan colaborando con el cine español.
Ágora arrasó en las categorías técnicas y Amenábar ganó el premio al guión
50 millones bien gastadosÁgora, que partía con 13 nominaciones, fue otra de las grandes triunfadoras de la noche. Pese a que Amenábar no pudo llevarse su cuarto Goya como director, convirtiéndose así en el realizador más laureado de la historia (ahora comparte ese título con Fernando León), la Academia volvió a respaldar el trabajo del autor de Mar adentro: Alejandro Amenábar se llevó esta vez el Goya al mejor guionista.
Además, el filme sobre la astrónoma Hipatia arrasó en las categorías técnicas: di-rección de producción, fotografía, efectos especiales, dirección artística, maquillaje y peluquería y vestuario. Conclusión: los miembros de la Academia creen que Amenábar ha hecho buen uso de los 50 millones de euros que le proporcionó la productora de Telecinco para rodar el filme.
El reparto de Gordos tuvo que conformarse con el Goya a Arévalo
Lola Dueñas se llevó el Goya a la mejor actriz por su papel en Yo, también. Ya tiene dos estatuillas en casa. Por su parte, seis intérpretes de Gordos estaban nominados este año. Un récord justificado por el enorme compromiso mostrado por todo su reparto: tuvieron que engordar y adelgazar en función de las necesidades de una trama que, a su vez, viró en función de los michelines que eran capaces de ganar o perder. Raúl Arévalo (mejor actor secundario) fue el único de los actores que se llevó el gato al agua.
El gran ausente de la ceremonia debería haber sido Pedro Almodóvar... pero no fue así. El director manchego apareció por sorpresa para entregar el Goya a la mejor película. Su último filme, Los abrazos rotos, que aspiraba a cinco estatuillas, no se fue de vacío. El compositor Alberto Iglesias se llevó, atención al dato, el octavo Goya de su carrera.
La animación creceLos hijos de Antonio Mercero recordaron a su padre con humor
Planet 51 se llevó el Goya a la mejor película de animación. Una categoría que solía pasar desapercibida hasta este año. Planet 51, que costó 55 millones de euros, se estrenó en 3.500 salas en EEUU, se vendió a 170 países y recaudó 12 millones de euros en la taquilla española. Cifrasestratosféricas.
Paradójicamente, el que debería ser el momento más emotivo de la gala, se convirtió en el más cómico. Los hijos de Antonio Mercero recogieron en nombre de su padre el Goya de honor. Su discurso empezó fuerte: "Merece el Goya de honor sólo por haber rechazado la oferta de un productor de rodar La resurrección de Chanquete". ¡Madre del amor hermoso! El discurso dio paso a un video grabado en el que Álex de la Iglesia entregaba el premio en su casa a Antonio Mercero, afectado por una grave enfermedad. Y esto fue todo. El año que viene más.
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