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Campanella reniega del "negocio del fútbol" en 'Futbolín'

El Festival de San Sebastián se inaugura, por primera vez en la historia, con una película de animación. 'Futbolín', debut en el género de Juan José Campanella, abre hoy el certamen

BEGOÑA PIÑA

Por primera vez en sesenta y un años una película de animación inaugura el Festival de Cine de San Sebastián. Se trata de la coproducción hispano-argentina Futbolín, debut en el género de Juan José Campanella, que también se estrena con el 3D. Historia de amor y de amistad, con la que el cineasta defiende el trabajo en equipo y desde la que ofrece una desdeñosa opinión del fútbol profesional. 'No olvides que, después de todo, esto es un negocio', sentencia un personaje casi al final de la película, un relato donde el villano es la súper estrella del balompié.

Basada en el cuento Memorias de un wing derecho, de Roberto Fontanarrosa, el Negro, la película es el primer proyecto en cine al que se lanza Campanella después de El secreto de sus ojos , con la que ganó el Oscar y con la que estuvo también presente en San Sebastián. Ahora en Futbolín, el director propone, desde una película orientada a un público familiar, una reflexión sobre estos tiempos de fama y celebridad para las estrellas del fútbol, denuncia del machismo imperante en el universo de este deporte y señala con el dedo acusador el dinero y la codicia del ser humano.

Y hablando de dinero, el que ha hecho la película en su estreno en Argentina (allí se titula Metegol), con más de un millón de espectadores hasta el momento, ha permitido al cineasta rebajar el precio de la entrada durante una semana, con la intención de que los jóvenes vean su filme en el cine y no una copia pirata en el ordenador. 'Muchos chicos están viendo una versión trucha (pirata) y pensarán que eso es cine argentino. Queremos que la vean bien y que sepan que se puede', ha escrito en su cuenta de Twitter el cineasta.

'Nuestra intención era crear un mundo único y original. Creo que lo hemos conseguido'

Futbolín es la historia que un padre cuenta a un hijo y que viene de los tiempos en que era el jugador de futbolín más habilidoso de su pequeño pueblo. La historia de amor de aquel joven y su enfrentamiento con el Crack, otro chico del pueblo que se convirtió en una estrella internacional del fútbol se completan con la aventura —mucho más atractiva— de los muñecos del futbolín. Un capitán que es líder natural, un argentino cargado de espiritualidad, un egomaníaco encantador y un honesto rival cobran vida y se convierten en los verdaderos protagonistas de la película.

'Además de escribir el guion me gustaría dirigirla', le dijo Campanella a Gorali, productor y coguionista del filme, cuando éste le propuso que escribiera la adaptación del cuento de Fontanarrosa. Aceptó y comenzó una aventura de varios años, cientos de artistas reunidos en el proyecto y varias productoras implicadas.

'Nuestra intención era crear un mundo único y original. Creo que lo hemos conseguido, porque no he visto nada igual en ninguna otra película. En mi humilde opinión', afirma Juan José Campanella que se permite en Futbolín unas cuantas referencias cinematográficas y homenajes al cine, desde la primera escena, maravillosa alusión a El amanecer del hombre de 2001: una odisea del espacio.

Música de western, un baile de claqué, los helicópteros de Apocalypse Now... acompañan a los personajes de esta película, donde también hay momentos construidos para que ellos se luzcan, queden inmortalizados, con alguna sonada frase. De 'las tonterías que hay que hacer por la pasta' a 'ha muerto el imbécil, ha nacido el peligroso', hay sentencias para todo y para todos.

Un par de partidos de fútbol, uno sobre la cancha del futbolín y el definitivo sobre un auténtico terreno de juego, y la cada vez más estrecha camaradería entre los muñecos concluyen Futbolín, con la que el director del festival, José Luis Rebordinos, hace pública su apuesta por la animación, muy presente este año en San Sebastián.

El certamen cuenta este año con la más reciente, y al parecer, última película del maestro japonés Hayao Miyazaki, Kaze Tachinu (The Wind Ries). Tras presentarla en el Festival de Cine de Venecia y anunciar que se despedía con ella del cine, la película ha conseguido una recaudación histórica en Japón, de 76 millones de euros por el momento.

En Kaze Tachinu, el autor de El viaje de Chihiro (primera película de animación que se alzó con el Oso de Oro en Berlín), une las biografías del diseñador de aeroplanos Jiro Horikoshi y del escritor Tatsuo Hori para crear el personaje ficticio de Jiro, protagonista de un relato de amor y perseverancia sobre los desafíos que supone vivir y tomar decisiones en un mundo turbulento.

Además, en esta 61 edición se celebra la retrospectiva Animatopia. Los nuevos caminos del cine de animación, panorámica de la producción internacional del género en la última década. El irreductible cineasta Bill Plympton presentará este ciclo en el que se podrán ver 25 títulos, entre los que habrá obras del propio Plympton, de Richard Linklater, Jean-Fracçois Laguionie, Satoshi Kon, Ari Folman, Wes Anderson o de los españoles Miguelanxo Prado, Ignacio Ferreras, Fernando Trueba, Javier Mariscal y Tono Errando.

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