Este artículo se publicó hace 16 años.
Los chicos también cuentan
Lutz y Petrov, estrellas en el segundo día del certamen
Cuando parecía que 080 Barcelona Fashion estaba dedicada únicamente a satisfacer los caprichos y deseos de las mujeres, llegó el diseñador Petar Petrov desde Viena para demostrar que los chicos también tienen un hedonismo que atender.
La senda abierta por el creador de origen búlgaro, marcada por un streetwear de vanguardia donde se conjugaban elementos llegados del mundo del deporte, la estética galáctica y la nueva sastrería, tuvo su continuidad en el español Eduard Ballester, de la firma EBP. “Puede que mi colección sea en apariencia contenida en las formas, pero empleo recursos como accesorios y estampados para dotarla de una personalidad propia”, dijo Ballester tras su desfile. Aun así, si la masculinidad se ha movido en bloque durante estos días en Barcelona, la feminidad definida por los creadores independientes presentes en el certamen dibuja infinitas posibilidades.
El último día de desfiles fue una buena muestra de esta fructífera biodiversidad. Si Martin Lamothe había comenzado masculinizando a las mujeres, Bambi by Laura exploró este viernes el extremo más femenino que puede ofrecer la moda, apostando por sutiles transparencias, siluetas y tejidos volátiles, avivados gracias a un intenso colorido. Gori de Palma trastocó la apariencia etérea de las prendas de Bambi para emprender la búsqueda de “un estilo sensual e inocente, resuelto con patrones impecables”. Sobra decir que la aparente candidez del creador mallorquín es absolutamente falsa: su colección para el próximo verano, The age of innocence, ahonda en una sastrería estricta y asfixiante, de talles altos y tejidos rígidos.
Un nuevo sentido para el lujo
Ni fluidas ni severas, las propuestas de Txell Miras y David Steinhorst (último hype de la moda británica), nacen del intelecto y un espíritu constructivo arquitectónico. El creador, formado en la célebre escuela Saint Martin’s, impactó con una colección inspirada en los años veinte, según confesó: “Al contemplar los elementos del art dèco, me imbuí de la combinación de formas suaves y elegantes con rasgos gráficos y definidos de esta época”.
La búsqueda de Steinhorst de un nuevo sentido para el lujo tiene el mismo cariz táctil que el que imprimieron Lutz Huelle y David Ballu, de la firma Lutz. Sin embargo, estos últimos en su desfile retrospectivo demostraron una mayor libertad formal y conceptual. No en vano, Huelle y Ballu son el gran icono de una exclusividad que empieza a asentarse en el ámbito de la modernidad.
Cerramos las puertas de la tercera edición de 080 Barcelona Fashion, el certamen de moda –independiente o no– que, si los políticos no vuelven a destrozar, lleva camino de convertirse en una de las pasarelas más potentes, estimulantes e interesantes de nuestro país.
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