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"Hago cine de espectador"

Borja Cobeaga, 'No controles'

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Con Pagafantas lo bordó: una comedia que mezclaba el cine de adolescentes (aunque sus personajes fueran en realidad treintañeros infantiles, como lo son en su nuevo filme) con el cine depresivo de Kaurismäki. Borja Cobeaga vuelve ahora a la carga bajo la misma premisa: hacérselo pasar mal a sus personajes para hacérselo pasar bien al público. "Lo mío más que de autor, es cine de espectador".

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"Sigo fascinado por la comedia de la vergüenza ajena", reconoce el director vasco, horas después de darle el remate final al montaje de su segundo largometraje. Si Pagafantas fue un éxito de taquilla imprevisto (logró más de 2 millones de euros de recaudación), Cobeaga está convencido de que No controles es una película mucho más redonda. "Es mucho más compacta, sucede en una sola noche en un mismo lugar, en ese sentido es muy clásica. Pagafantas era una comedia muy de gags, esta funciona de manera más unitaria", mantiene. "Además al ser coral, los personajes están más desbocados", añade.

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Sergio (Unax Ugalde) está viviendo una Nochevieja de espanto. Quiere volver con su ex novia (Alexandra Jiménez) y tiene que hacerlo esa misma noche porque se marcha a Alemania. Para su desgracia, cae la mayor nevada en 30 años, los vuelos se cancelan, lo que le obligará a pasar la noche con una tropa absurda en un hotel cercano al aeropuerto.

"La película tiene mucho de vodevil y de cine de acción pero sin violencia. Es acción de equívocos", comenta Cobeaga, que ya estuvo en Gijón con sus cortos. Él lo llama La jungla de cristal del amor, aunque "quizás a lo que más se parece es a La cena de los idiotas".

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Sea como sea, vuelve el perdedor, riámonos de él.

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