Cesc Gay celebra en 'Mi amiga Eva' la emoción de estar enamorado
El décimo largometraje del cineasta, con la complicidad de Nora Navas, es una comedia muy seria sobre la audacia femenina después de los 50 y sobre cómo el azar juega en nuestras vidas. Rodrigo de la Serna y Juan Diego Botto completan el reparto.

Madrid--Actualizado a
Cronista emocional de nuestro cine, Cesc Gay estrena ahora su décimo largometraje, Mi amiga Eva, una comedia muy seria sobre la audacia, para algunos será imprudencia, de las mujeres después de los 50, sobre la forma en que el azar juega en nuestras vidas y sobre la emoción del enamoramiento. Una divertida y muy inteligente celebración de la idea de esta enamorada.
Protagonizada por una maravillosa Nora Novas, y con Juan Diego Botto y Rodrigo de la Serna, es la historia de Eva, una mujer casada hace veinte años, con dos hijos, que un día, en un viaje de trabajo, se da cuenta de que quiere volver a sentir la emoción de enamorarse. Así, decide separarse, romper con la vida que tiene y buscar ese sentimiento que añora.

Coescrita por el director junto a Eduard Sola, premio Goya por Casa en flames, la película no es el relato de un triángulo amoroso, ni siquiera es una historia que se ajuste a romances de 'nunca es tarde para el amor', es un recorrido por un año de la vida de una mujer que ha apostado por no conformarse con lo que tiene y seguir luchando por encontrar lo que quiere. Mi amiga Eva es también una denuncia de la manera en que aún se juzga a las mujeres y, otra vez, un retrato emocional de las relaciones de hoy con el sello inconfundible de Cesc Gay.
Sin prisa, pero sin pausa, ya es su décimo largometraje.
Yo intento hacer las películas con calma. Creo que el secreto fue que no quise nunca, como les pasa a otros compañeros, ir buscándome la vida de productor en productor. Y en ese sentido, con Marta Esteban y con Laia Bosch (productoras) somos como una familia que digo yo napolitana, que vamos poco a poco, pero eso te da como una estabilidad a la hora de construir las películas.
Atreverse a romper para intentar volver a sentir el enamoramiento es un impulso singular, ¿no?
Igual es muy naif. Lo hablamos mucho con Nora (Navas) de decir quién se atreve a desmontar su vida en busca de algo que tampoco tiene. Porque aquí no es como pasa muchas veces que tienes una relación paralela y te enamoras y entonces es todo muy fácil. Pero el personaje de Eva no es ese caso. Me inspiré en algunas mujeres cercanas a mí que hicieron eso y pensé ¿estáis locas? Sois muy valientes, pero sois unas imprudentes. Me fascinaba el instinto de atreverse a hacer algo así cuando tenían unas familias perfectas. Es esa búsqueda casi de cuando eres joven, romántica, de esa idea del del enamoramiento. Es lo que intenta explicar Eva en la película cuando dice que ya no tiene eso, que la cosa no bulle, que no siente esas chispas… Te lo puedes tomar como el personaje de la amiga, que le dice: "¿Es que tú te oyes lo que dices?" o… Me inspiró esa valentía de las mujeres, yo creo que los hombres no nos atreveríamos a hacer algo así.
Hace un tiempo, me dijo que en sus películas estaba un poco harto de hombres y que la ventaja de las mujeres era que teníamos una relación más sana con lo emocional.
Sí. No sé si sana es la palabra, pero sí más orgánica, más profunda, bueno, básicamente tenéis una relación, nosotros casi que la evitamos. Yo creo que el hombre evita lo emocional, le da miedo, lo aparca, piensa que ya lo afrontará mañana, o estoy triste, pero es igual, no lloraré, y esto no es bueno. Ahora hemos ido cambiando por suerte ya un poco, pero hay algo en nuestro ADN… Y las mujeres, no, y a mí me fascina eso, vosotras lloráis, habláis de lo que os pasa, incluso demasiado para nosotros... Es que me parece que tenéis un vínculo muy orgánico y que es importante para vosotras, por eso os podéis plantear algo así, porque parte de este momento es de la mujer que se atreve, que se siente empoderada, pero también que decide luchar por intentar encontrar algo que siente que ya no tiene y que por qué se tiene que conformar.
En realidad, ¿la película habla también de cómo nos volvemos cobardes y conservadores a medida que nos vamos haciendo mayores?
Claro, pero eso no lo crítico, me parece normal. Uno construye en la vida cosas, relaciones, hipotecas, una familia… los que tenemos hijos sabemos lo que es ese vínculo que se crea tan bonito, cuando las cosas van bien. Cuando teníamos 20 años y no teníamos nada, íbamos con el macuto y era más fácil. Pero luego ser conservador me parece que es normal, que va con la edad, porque has ido teniendo cosas y el instinto es conservarlas.
Lo de Eva no es exactamente valentía, es más impulso. ¿Quería hablar del juego del azar en la vida?
No, Eva no es una mujer valiente, esta película es sobre el azar y sobre las casualidades, no es una película sobre una mujer que tiene las cosas claras ni mucho menos, es una película sobre una mujer que por una serie de circunstancias toma una decisión. A mí me parece un tema muy importante en la película, entender cómo el azar o las casualidades nos llevan y juegan con nosotros. Lo de romper con todo en esa búsqueda romántica, veo gente cercana que no tiene nada y que vive no sabe cómo ni dónde y eso también es duro y ya no tienes 25 años o 30, que te es igual dormir en el sofá de alguien, que ya tienes casi 60 y te duele la espalda… En el fondo, nunca estamos suficientemente a gusto con nada, pero es lo normal.
La película denuncia cómo se percibe todavía hoy a las mujeres de más de 50 años…
…Es que a las mujeres se os juzga mucho más. Un hombre hace eso y deja a la familia y no se le juzga tanto, pero una mujer… Los hijos no se lo perdonan, la familia, tampoco. Una mujer no puede hacer eso, piensan. Hay algo muy instalado ahí aún en la sociedad, no se concibe todavía que una mujer pueda hacer lo que hace Eva, tirarse al vacío, a no ser que tenga un motivo muy claro, no sé, que tu marido te trata mal o que te has enamorado muchísimo y tienes un proyecto muy sólido…
Ha escrito el guion con Eduard Sola, es lo primero que hacen juntos.
Sí. Después de muchos años de trabajar siempre con Tomás Aragay, él se fue a Valencia, cosas de la vida, y ahí es más difícil seguir trabajando juntos. A mí me gusta siempre tener a alguien al lado, aunque sea yo el que tira del carro del guion, pero conocí a Edu, hubo buen feeling y empezamos a trabajar y muy bien. Luego él tuvo el año pasado su boom, maravilloso, sobre todo por poner en primer plano a los guionistas. Nunca se habla de los guionistas, y el guion es lo más importante de una película sin lugar a dudas, y lo más difícil y lo peor pagado y lo peor todo.
Un guion de dos hombres sobre la historia de una mujer. ¿Ha participado Nora Navas en la creación del personaje?
No, de entrada. Sí que es verdad que hablamos con mujeres más de lo que yo normalmente hubiera hablado con hombres, sí que hubo ahí como un poco más de trabajo de campo, y durante el proceso de ensayos hablamos con Nora. Eso fue muy importante. Luego también apareció mi pareja, Àgatha Roca, que hace uno de los personajes, y Fernanda Orazi, que hace el otro, mujeres muy cercanas a mí y escuché muchos comentarios y sugerencias. Y, bueno, le haces caso a veces a las cosas.
Ta has convertido en el cronista emocional del cine español, ¿las relaciones y las emociones son los temas que le gusta contar en el cine?
A veces pienso que no sabría hacer otra cosa y lo digo más como una deficiencia. Obviamente eso es lo que me interesa, pero también a veces he pensado escribir otras cosas y termino siempre escribiendo sobre personas con las que cualquiera se puede identificar. Los personajes de mis pelis podrían ser cualquiera de nosotros y supongo que eso me limita a ese mundo.
La cámara sigue a Eva todo el rato y hay mucho movimiento ¿por qué?
Sí, era una película que quería que se moviera mucho, que tuviera muchas localizaciones, precisamente para no hacerse aburrida. Son cosas que vas haciendo muchas veces guiadas más por un instinto. Yo al menos soy muy de dejarme llevar por lo que estoy sintiendo en el momento.
"Una comedia para hablar de cosas muy serias", dice en las notas de la película. ¿Era el tono que le inspiraba la historia o ha hecho un esfuerzo por llevarla a cierto humor?
No, eso no lo he sabido hacer nunca. Ni con Truman, que era una historia sobre la muerte, supe hacer un drama. La vida tiene humor, aunque no quieras. Siempre he necesitado compensar el drama o el conflicto con el humor, me parece que vive y camina la película desde un lugar un poco más amable. Lo que sí que pensaba o sentía con la película es que tenía que ser hecha desde un lugar muy íntimo, una película de gestos muy pequeños y que tenías que ir con el personaje, con una mujer que no te cuenta las cosas, sino que tú las vas intuyendo. Y ahí pues entra el humor, a veces sencillamente con una mirada, a veces por la propia escena… Encontrar ese equilibrio era lo importante y es lo que intentamos.
En todas sus películas están las relaciones de amistad. ¿Con los años le van pareciendo más importantes?
Sí, me parece que nos compensan mucho. Precisamente ahora estoy escribiendo una obra de teatro sobre eso, aunque desde el lado negativo, porque también lo tiene. Pero sí que es verdad que a mí me ha ayudado en el cine eso para entender mejor a los personajes. Creo que en Truman entendíamos mucho mejor a Darín gracias a Javi Cámara, y aquí entendemos mejor al personaje de Eva por cómo la miran sus amigos, Francesco Carril o Àgata Roca o Fernanda Orazi, o la gente que tiene cerca. Supongo que nos ponen un espejo enfrente básicamente.
¿Le gusta el calificativo de 'romántico' para la película?
Romántica, sí, un poco, pero es muchas más cosas, ¿no?


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