Este artículo se publicó hace 17 años.
La breve pero intensa obra de Cynthia Madansky, en Madrid
La sala La Enana Marrón dedica una retrospectiva a la artista experimental
"War is over! (if you want it)". Con esta esperanzadora frase John Lennon y Yoko Ono felicitaban las fiestas navideñas en 1969. En 2005, la artista Cynthia Madansky, en una entrevista con motivo de su participación en los Teddy Awards -premios de temática homosexual paralelos a la Berlinale- declaraba "War is not over".
La guerra no ha acabado, es cierto, pero no habrá sido porque Madansky no haya puesto toda la carne en el asador para que ocurra. Ejemplo de ello son sus películas, breves obras rodadas en 35, 16 y Súper-8 milímetros. En ellas ha sabido combinar un cine poético, que bebe de las fuentes de las vanguardias clásicas y de creadores del cine experimental norteamericano como Markopoulos, Stan Brackhage o Maya Deren, con un cine político e incendiario en el que nadie sale indemne.
El poder de la independencia
Consciente de la importancia de Madansky, La Enana Marrón ha organizado una retrospectiva con motivo de la cual se han programado dos encuentros entre el público y la autora para comentar su obra.
Tras una serie de aventuras de corte doméstico, en 1998 ve la luz La Enana Marrón. Situada en la Travesía de San Mateo, en pleno centro de Madrid, desde sus comienzos se diferenció de las salas cinematográficas al uso por su preocupación por obras experimentales. Como declaración de principios, la película con la que iniciaron su andadura fue Un chant d'amour de Jean Genet.
A punto de cumplir diez años, continúa en la brecha con esta retrospectiva de Cynthia Madansky, autora cuyo trabajo parece más propio de centros como el MOMA, el Pompidou o el Museo Centro de Arte Reina Sofía que de una sala independiente de cine. "En ocasiones compartimos programación con esas instituciones y, en otros, nos adelantamos a ellos, a pesar de que tenemos diez o veinte veces menos presupuesto y casi el mismo público", comenta David Reznak, responsable de la sala.
El secreto tal vez radique en que "la gente nos conoce. Además, yo también hago películas, voy a festivales y contacto con otros realizadores. Les cuento lo que tenemos en Madrid y les invito a venir. En el caso de Cynthia la conocí hace tiempo porque programé su película Still Life. Como sabía que me gustaba su obra me mandó más películas y hemos montado la retrospectiva. Creo que tiene una gran capacidad para equilibrar un discurso formal muy potente con un contenido crítico que genera la incomodidad de aquellos a los que critica". Para los que tengan curiosidad, la cita será a finales de semana: el viernes y el sábado.
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