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"No haría una película dramática porque me pondría a reír"

El director Fausto Brizzi presenta en España su última comedia, Ex, y rebate los prejuicios contra el cine que sólo busca entretener

ISABEL REPISO

Fausto Brizzi (Roma, 1968) no teme las preguntas incómodas. Le advierto de que haré de abogada del diablo y me responde sentándose en una butaca contigua. En actitud relajada, no tiene reparos en decir que el drama es un género de serie B. Yo tampoco tengo reparos en decirle que su amigo Silvio Muccino podría haberse ahorrado su primera película. Nuestros gustos en cine son antagónicos, pero Brizzi no se exalta en ningún momento. Su mujer y actriz de Ex, Giorgia Würth, se asoma varias veces a la sala para controlar que no nos salimos del guión. Terminamos con los papeles invertidos y Brizzi con la pregunta en los labios.

¿Con tantos problemas como hay en Italia como le quedan ganas para hacer una tercera comedia?

Porque en el registro político ya hay directores italianos que hacen muy buen cine. Mi oficio es escribir historias cómicas, es lo que he hecho siempre, incluso para otros directores. Creo que nunca como ahora hemos tenido tanta necesidad de reír en Italia. En este sentido, me gustó mucho el discurso que hizo el presidente de la República, Giorgio Napoletano, en la gala de los premios David de Donatello, en la que ensalzó las comedias italianas de 2008 y subrayó su incidencia social.

En el capítulo que protagoniza Claudio Bisio se aprecia que usted tiene cierta facilidad para contar historias dramáticas. Se le ve preparado para saltar de registro…

Sí, pero no me interesa. Es más: lo considero inferior. La comedia dramática es el único género que me interesa. No me verás nunca hacer una película dramática porque me pondría a reír.

¿Y ese desinterés?

Porque no me gusta como espectador. Cuando veo una película dramática salgo de la sala, no me divierte… Lo considero una serie B respecto a la comedia. He escrito mucho drama para la televisión y puedo decirte que es más fácil que escribir comedia.

¿Entonces no le molestará que se le vincule a un tipo de cine italiano carente de compromiso y sin mayores pretensiones que las de entretener, en la línea de Carlo Verdone?

Para nada. ¡Carlo me vuelve loco! Nunca he trabajado con él pero ojalá lo haga en un futuro... En serio, lo prefiero.

Ex muestra la imposibilidad de vivir lejos de la persona odiada. ¿Al ser humano le gusta sufrir?  

Sí. El título Ex es una provocación porque quien conoce la película sabe que en realidad habla de amor. En realidad es un grandísimo himno al amor. Tenía esta película en el cajón desde hace tiempo y gracias a los éxitos de mis anteriores trabajos he podido contar con un casting bastante complicado de lograr en Italia, porque todos los actores que salen en Ex hacen películas como protagonistas. Así que tuve que convencerlos uno a uno para hacer una película colectiva con el fin de hacer un filme internacional italiano.

Usted dice que es un “himno al amor”. Pero también puede leerse como un himno al inmovilismo, a la resignación por miedo a quedarse solo...

Ahora hay una infinita búsqueda del amor. Apenas se estropea algo, enseguida se cambia de pareja. Corremos el riesgo de que la vida se transforme en una búsqueda infinita de una cosa que no llega nunca, porque difícilmente encontraremos la perfección. Hablando con amigos muchos de ellos me comentan: “Podía haberme quedado con mi ex mujer porque la nueva se ha transformado, después de un año, en mi ex mujer”. No sé si esta búsqueda de la perfección es algo positivo o simplemente es un dato que es así y las parejas están destinadas a durar mil días, como dice el personaje de Claudio Bisio en la película.

Pero conformarse quizá no sea la respuesta más honesta.

No sé si conformarse es la palabra adecuada… Más bien habría que buscar una estabilidad emotiva. No sé si esta búsqueda infinita te hacer ser feliz o no...

La película contiene un guiño al cine de Nanni Moretti y una canción de De André cantada por Battiato, que no son autores ligeros precisamente. ¿Por qué?

Esa canción se inserta en el momento más conmovedor del filme, por lo que necesitaba un tema potente. Y la referencia a Nanni es una diversión, una broma afectuosa. Yo lo adoro, es mi director italiano preferido.

Sin embargo, las películas de Moretti no son las típicas comedias románticas…

Bueno, son películas cómicas. No sé cómo se consideran en el extranjero pero en Italia se consideran comedias.

¿El Caimán también le pareció una comedia?

Quizá algo menos que las precedentes, porque es declaradamente política. Pero sus mejores películas son comedias. Bianca es una de las películas que más me han hecho reír en toda mi vida.

En la rueda de prensa ha hablado del triángulo Italia-Francia-España en lo relativo a la producción…

Así es. Notte prima degli esami fue adaptado en Francia y en España hemos acariciado la idea de hacer lo mismo. Creo que puede funcionar muy bien tirando de canciones españolas de los años 80. Con Francia tengo mucha afinidad, compartimos una comicidad similar y nuestras películas son bastante exportables. En España tenéis un humor grotesco que en Italia no tenemos, básicamente porque los directores no sabemos hacerlo... El humor de Álex de la Iglesia funciona bien allí. Y, volviendo al tema de la producción, espero empezar una nueva triangulación con España y que mi próxima película tenga coproducción española.

¿En qué trabaja ahora?

Estoy escribiendo una doble película que saldrá en dos partes con una distancia de tres meses. Se llamarán Hombres contra mujeres y Mujeres contra hombres. Las rodaré en febrero, también con un súper-casting. Los actores de la primera película harán una pequeña participación en la segunda y viceversa.

Es la típica película que me daría pereza ver...

Pues es el típico filme que irán a ver muchos italianos. ¿Prefieres el cine de autor? 

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