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El 'colacao' de una estrella que terminó bailando un tango

El cantante mostró sus dotes de seducción en una repleta rueda de prensa

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Llegó medio desganado, pero salió bailando un tango. Raphael es una estrella y los flashes son su colacao. Ayer, en una concurrida sala del hotel Palace de Madrid, el cantante se crecía a medida que una veintena de fotógrafos le acribillaba a disparos.

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Luego disparó él. A los sesenta y muchos, abuelo ya, Raphael no tiene la pólvora mojada. "Yo te puedo enseñar muchas cosas", le contestó a una atractiva reportera del programa Sé lo que hicisteis. "Te puedo enseñar Madrid", intentó corregir, cuando ya se le había visto el plumero.

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Sus dotes de seducción, o mejor dicho persuasión, también las pone en juego con su casa de discos. "Cuando les comenté la idea de hacer un triple disco, grabado en directo en el estudio con una orquesta, se volvieron locos. Pero luego les transmití la ilusión del proyecto y les convencí. Tengo que motivarles, hasta que se calientan", dijo.

Como toda estrella que se precie, Raphael habla de Raphael en tercera persona: "Raphael no copia nunca a nadie. Es copiado, pero no copia". Todo un eslogan, digno de las mejores campañas electorales, que el intérprete de Escándalo completó con un "Yo soy anti-escándalo".

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Relajado y juguetón, aceptó bailar un tango con la mencionada periodista al terminar la rueda de prensa. Bien agarrado, terminó con un intento de beso en los labios que la reportera, seguramente experta en estas lides, esquivó con un rápido movimiento hacia la mejilla.

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