Este artículo se publicó hace 13 años.
La comedia mira al cambio climático
'¿Para qué sirve un oso?' inaugura el Festival de Málaga con Javier Cámara y Gonzalo de Castro como protagonistas
Esta es una película para los escépticos. Quizás a José María Aznar y a su banda de negacionistas del cambio climático no les vendría mal un pase privado de ¿Para qué sirve un oso?, última película de Tom Fernández, director de La torre de Suso (2007), que supuso el salto a la dirección de cine de este asturiano desde la serie televisiva Siete vidas. "Me gustaría que vieran la película los que no creen que el cambio climático esté ocurriendo, los que no ven que podemos pararlo modificando nuestra conducta", explica el director, que se pasó sus años mozos correteando con su padre por las mismas montañas en las que rodó su segundo filme.
Ahora bien, Fernández no es de los que aspira a que el cine cambie conciencias o, ya puestos, el planeta. Señoras y señores, esto es ante todo una comedia. "Mi trabajo es entretener y hacer reír, pero el público puede pasarlo bien y al mismo tiempo recibir información precisa", argumenta. "El mejor profesor en el colegio era aquel que te entretenía y te enseñaba. El mensaje de la película es positivo y ecologista, pero sobre todo lo que busco es que la gente pase un buen rato", afirma.
"Es ecologista, pero lo que busco es hacer reír", dice Tom Fernández
Para todos los públicos¿Para qué sirve un oso? inaugurará esta noche el Festival de Málaga, ocho días repletos de la nueva hornada del cine español que aspirará a subir la cuota de pantalla de los próximos meses. De hecho, la película de Fernández tiene algo de las comedias que se han ido estrenando con éxito en la primavera de los últimos años, como por ejemplo Fuera de carta: comedias amables, para todos los públicos, impulsadas por rostros populares y carismáticos.
Tom Fernández aspira a que su película tenga "algo de aquel cine para todos los públicos que hacía Blake Edwards", reconoce. Esa cosa de comedia familiar disparatada, con personajes excéntricos y extraviados. "Esta película es como una excursión por el campo, sales del cine con los pulmones limpios", dice.
"Lo de 'Torrente 4' es una buenísima noticia y genera una onda expansiva"
Después de que se hicieran públicos los datos negativos del cine español en la taquilla de 2010, Fernández cree que las cosas pueden cambiar este año. "Lo de Torrente 4 es una buenísima noticia para todos, y genera una onda expansiva que puede ayudar a cambiar el clima incómodo que se había adueñado del cine español en los últimos meses. A mí me interesa contar historias cercanas a la gente, pero que funcionen en todas partes", admite.
Fernández viene bien acompañado para conseguirlo. Javier Cámara y Gonzalo de Castro protagonizan esta fábula sobre dos hermanos biólogos, que son incapaces de relacionarse con todo aquel que no sea una planta, un iceberg o... algo parecido a un oso. "Conozco a Javier y Gonzalo desde Siete vidas [serie en la que era guionista], y luego de mi ópera prima, La torre de Suso. He trabajado con mucha gente, pero jamás he visto dos bestias pardas de la comedia como Gonzalo y Javier. Son como el Walter Matthau y el Jack Lemmon del cine español. Absolutos cómplices", asegura.
Cine mudoPara muestra, un botón. En el tramo central de ¿Para qué sirve un oso?, Cámara y De Castro se desdoblan de sus personajes y se convierten en protagonistas de una película de cine mudo que muestra las andanzas de dos exploradores de principios de siglo XX que recorren el mundo filmando y buscando lo exótico. El corto dentro del filme, fresco y desternillante, homenajea a Robert J. Flaherty o a Martin & Osa Johnson, esos cineastas aventureros de la era colonial, que trajeron a Occidente los primeros documentales de las tierras del sur.
"Quería contar un cuento dentro de un cuento", reconoce Tom Fernández, "y de paso homenajear a los grandes pioneros de los naturalistas y hacer un guiño al cine mudo", apunta. "Me chifla Chaplin [su hija Geraldine tiene un pequeño papel en la película] y Harold Lloyd. Los revisito continuamente para aprender sobre la comedia. Me fascina cómo lo hicieron para seguir siendo hoy tan modernos. El cine mudo nos enseña mucho, todo el tiempo", afirma, rotundo.
A los personajes de Alejandro y Guillermo, los dos hermanos de la ficción, la lección les vendrá no tanto de esa película muda, metáfora de sus desavenencias, sino a través del personaje de una niña, que a Fernández le gusta ver como una Huckleberry Finn asturiana. "Esta es una película de ecosistemas emocionales. Los protagonistas son dos científicos muy apasionados por sus respectivos mundos pero aislados del mundo real", precisa el director. El contrapunto lo dará el personaje de Emma Suárez, que acaba de cerrar un reparto entrenado para y por el cine familiar.
"En España la comedia siempre ha gozado de muy buena salud", apunta el director. "Hay que reivindicarla como un género difícil y necesario".
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