El cómico terminal

Se conocieron cuando eran jóvenes y empezaban en la comedia. Tenían poco más de veinte años, compartían piso y no tenían un duro. Cada uno fue a lo suyo: asumieron que Adam Sandler era el gracioso, el que se expondría al público, y Judd Apatow, quien escribiría los chistes y los guiones. Transcurridos veinte años de monólogos y películas por separado, actor y director han vuelto a unirse en Hazme reír, que se estrenó el viernes.

"Siempre tuvimos claro que queríamos ser cómicos", explicó Sandler durante su reciente visita a Madrid. En esta película, interpreta a George Simmons, un cómico vanidoso y de éxito al que diagnostican una enfermedad terminal y que se plantea cómo actuaría si tuviese la oportunidad de empezar de nuevo. Durante sus últimos días, planea recuperar el amor de su ex novia (interpretada por Leslie Mann, mujer de Apatow) y ayudar a Ira (Seth Rogen), un joven cómico que empieza en el mundillo.

El director ha renovado el género con un humor inteligente

"La película refleja cómo podrían haber sido nuestras vidas solitarias si no hubiéramos conocido a nuestras maravillosas esposas", asegura Apatow, que ha hecho un exhaustivo ejercicio de nostalgia en el filme, ha incluido imágenes de vídeos caseros con grabaciones de cuando eran jóvenes.

El director es el gurú de la coreada reinvención de la comedia americana de esta década. Suyas son cintas como Virgen a los 40 o Lío embarazoso, así como la producción de títulos emblemáticos como Supersalidos. En Hazme reír (Funny people), firma su película más dramática: dura 146 minutos (no está mal para una comedia) y mete a Sandler en el papel de un cómico que debe redimirse.

Aunque el arranque es sublime, el humor se va diluyendo a medida que los protagonistas afrontan con seriedad la situación. Quizás por eso (y por la competencia de la comedia de la temporada, Resacón en Las Vegas) no haya funcionado como se esperaba en la taquilla de EEUU.

Con títulos que aparentemente parecían remitir a las comedias adolescentes más burdas, Apatow ha renovado el género ofreciendo un humor inteligente que quiere que funcione "en todas las culturas".

La película no ha funcionado en la taquilla de EEUU como se esperaba

Por su parte, el actor subrayó que Hazme reír le recuerda a sus inicios, cuando se sentía como el joven protagonista y tenía la oportunidad de conocer a sus ídolos en el programa Saturday Night Live: "Algunos eran simpáticos y los seguía adorando, otros eran buenos cómicos pero malas personas, porque no dejaban de lado su afán por hacer bromas de todo", asegura. A él le gustaría ser recordado como una persona "que no es nada graciosa, pero sí un tipo estupendo".

"En esta película, me he metido en el mundo de los humoristas, de cómo somos y cómo nos comportamos. Reflejamos el ambiente que hay entre nosotros, aunque el tema sea universal", añade el director, que ha acudido a Seth Rogen, el gordito perdedor al que vimos en Lío embarazoso y más recientemente en Zack y Miri hacen una porno, de Kevin Smith.

Precisamente de Smith y de cintas como Persiguiendo a Amy beben algunos pasajes de Hazme reír. "Me gusta la comedia basada en el comportamiento humano". ¿Con moraleja? "Se trata de demostrar que somos humanos y que la vida puede parecer, a veces, un poco absurda", sostuvo Apatow.

Como sucede en Hazme reír, Sandler ha aconsejado a los nuevos talentos de la comedia americana. Junto a Rogen, aparecen en la película Jonah Hill (Supersalidos) y Jason Schwartzman (Bewitched). Además, Eminem hace un cameo, como también Eric Bana que, después de hacer de Hulk y de Héctor en Troya, ahora se lanza a la comedia.