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Control de estabilidad

Tan sólo la mitad de los automóviles compactos y el 2% de los utilitarios incorporan este sistema de seguridad en España

LUIS VILLAMIL

Resulta preocupante que cuando se habla de automóviles y de seguridad solo unos pocos argumentos salen a colación: velocidad, alcohol, teléfonos... etc. Y la realidad, si no es distorsionada, indica que las distracciones y las salidas de la carretera están entre las causas mas frecuentes de accidentes.

Precisamente, muchas de estas últimas y, en cierta medida, parte de las primeras podrían evitarse si todos los coches montaran el ESP (del inglés Electronic Stability Program) o Control Electrónico de Estabilidad aunque algunas marcas automovilísticas lo definen con otras siglas creando con ello cierta confusión.

Este elemento de seguridad activa (actúa antes de que se pueda producir un accidente) es, después del cinturón de seguridad y de los frenos con ABS, el descubrimiento más importante en materia de seguridad. Por eso, parece un contrasentido que aún sea tan desconocido y que sólo se monte masivamente en los coches de gama alta.

Más de 300 euros

En España, lo equipa de serie el 50% de los coches compactos (los más vendidos en nuestro país) y en los utilitarios la cifra apenas llega al 2%. Opcionalmente, supone un sobrecosto de entre 300 y 600 euros, según marcas y modelos, lo que puede ser mucho dinero en coches baratos, pero muy poco si lo que valoramos es la seguridad.

Porque, según estudios realizados en Alemania y Japón, si todos los automóviles montaran el Control Electrónico de Estabilidad, los accidentes se podrían reducir entre un 30 y un 35% y entre un 40 y un 50% los considerados como graves.

El ESP impide, dentro de unos márgenes razonables, que el coche derrape al superar el límite de adherencia de los neumáticos y en consecuencia evita que el conductor pierda el control del mismo.

¿Y cómo lo hace? Pues básicamente frenando selectivamente sobre una o varias ruedas y en ocasiones actuando también sobre el acelerador. En concreto y a grandes rasgos: si el coche subvira (se va de morro), el ESP actúa frenando las ruedas interiores a la curva (la trasera, o trasera y delantera a la vez según las circunstancias) y cuando el coche derrapa de la parte posterior (sobrevira), la rueda que el ESP frena es la
delantera exterior a la curva.

Imprescindible ABS

En ambos casos, el sistema decelera, si es necesario, aunque el conductor esté pisando el acelerador. Todo esto se realiza en conexión con otros sistemas del coche como el ABS ó el control de tracción (sin ellos no se puede tener ESP).

Un factor importante del sistema es que el conductor no necesita aprender a utilizarlo, funciona él solo apenas detecta la menor pérdida de adherencia. Sólo hay que manejar el volante con cierto criterio, “apuntando” hacia donde se quiere llevar el coche en caso de que empiece a derrapar.

Este es un factor vital sin ESP, pero con él aún más, porque gracias a un sensor el sistema interpreta hacia donde está yendo el coche y hacia donde quiere ir el conductor, actuando en consecuencia.

El ESP fue desarrollado por la alemana Bosch y terminará siendo un elemento indisociable del automóvil. Mientras tanto, si usted se va a comprar un coche, no lo dude: pídalo con ESP, le puede salvar la vida.

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