Crueldad en el día sin corbata

El paso por la gran empresa marca. Doce años en Telefónica fueron suficientes para el director Max Lemcke, que un día, ante el estupor de su familia, dio un portazo, abandonó la estabilidad del asalariado y decidió liarse la manta a la cabeza para dedicarse al variable mundo del cine.

De ahí el interés de este madrileño de origen alemán por retratar con humor en Casual Day -su segunda película después de Mundo Fantástico (2004)- el poder en las relaciones laborales en uno de esos viernes amables en los que los ejecutivos se quitan la corbata y se visten de sport. El director cree que su filme nada tiene que ver con Smoking Room, pero las comparaciones son inevitables al tratar las -a veces perversas- relaciones en la oficina, un tema al que se está aficionando el cine español.

El casual day o, mejor, el team building, es una práctica importada de EEUU. Las empresas sacan de la oficina a sus empleados para que, de la mano de un psicólogo, aprendan a trabajar en equipo. Muchos de ellos, empero, se preguntan qué pintan en medio del monte disparando bolas de pintura, tocando la pandereta o subidos a un tractor.

"Nunca estuve en un team building, pero comprendo bien qué es estar en un trabajo que no te gusta. Y esta película habla de tomar las riendas de tu vida", cuenta Lemcke. Para el guión, Pablo y Daniel Remón se patearon los bares que frecuentan los hombres de negocios y se empaparon de sus conversaciones para tratarlas con un humor "más cañero".

El poder va en A8

Para ser casi un novato, Lemcke ha contado con todo un elenco: Juan Diego, Luis Tosar, Javier Ríos, Alberto San Juan... "Estaba acojonadísimo con el casting, ¿Tú te crees que se puede dirigir a Juan Diego?". El actor borda al típico jefe cabrón cuya principal aspiración en la vida es tener un A8 y ocupar un despacho en la 6ª planta, la de los superdirectivos.

"He disfrutado mucho este personaje porque el poder es la hostia, os lo recomiendo para que podáis disfrutar de la vida como hay que disfrutarla. Lo jodido es cuando alguien manda más que tú", ironiza Juan Diego.

Y poder es lo que ejerce sobre sus explotados empleados. Sobre todo sobre Ruy que, según Javier Ríos, el actor que lo interpreta, "es un mierda". Ruy es uno de los miles de jóvenes (en su caso un pijo de Icade) presionados para conseguir un trabajo estable que mejore su poder adquisitivo. Pero no es uno más. Su novia es la hija del jefe.

Casual Day, que se estrena el viernes, pertenece a esas películas críticas con las relaciones en la empresa como El Método o Smoking Room. En esta línea, se estrenará también Bienvenido a Farewell-Gutmann, que participó en el Festival de Málaga.

"En el cine también hay mezquindad"Alberto San Juan, actorInterpreta al psicólogo de ‘Casual Day’, capaz de desacreditar al prójimo con amable e insensible saña...
Es una de las estrategias empresariales más típicas. Los directivos más jóvenes cada vez dan más importancia al buen rollo. Es una estrategia para que la explotación sea
más llevadera.

¿No es más inhumano ese trato afectuoso?
Cuando te están jodiendo y te sonríen aumenta la crueldad. Hace poco despidieron a una persona a la que quiero mucho después de 30 años de trabajo y me contó que el director del periódico en el que trabajó todo ese tiempo había sido muy amable. Le sonreía mientras le decía “te vas a la calle”. (San Juan es hijo del dibujante Máximo).

¿Cuál es el principal mensaje de esta película?
A través del mundo laboral se retrata una sociedad que se basa en la productividad y la rentabilidad. Si una persona no es rentable, no tiene valor.

¿Sería capaz de trabajar en una oficina?
Si tuviera que hacerlo lo haría. Mi medio es bastante privilegiado por la diversidad de trabajo. Aun así, también hay bastante mezquindad.