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Los cuatro vascos que hicieron las Américas

Tras conquistar al público de EEUU, Delorean regresan a España y lanzan Subiza

JESÚS ROCAMORA

El Delorean, todos se acordarán, era el coche en el que Marty McFly (Michael J. Fox) viajaba en el tiempo en Regreso al futuro. Un icono ochentero que ha servido de inspiración a muchos músicos, especialmente los fetichistas de la época de los sintetizadores y las viejas cassettes. Unai Lezcano, Ekhi Lopetegui, Guillermo Astrain e Igor Escudero, cuatro jovencísimos músicos de Zarautz (Guipúzcoa), tomaron su nombre para montar un grupo que partía precisamente del pop electrónico de los ochenta y de la energía del punk y que, 10 años después de su debut, se enfrenta al éxito de golpe y porrazo.

Ya el año pasado se convirtieron en el hype español por derecho propio, en uno de esos grupos de los que todos hablan y que, inflados como globos, parecen siempre a punto de explotar: con sólo cuatro canciones, recogidas en el Ayrton Senna EP, fueron citados por The Guardian y NME, así como por la influyente web Pitchfork, que puso el acento en el aspecto soleado de su música y que lo incluyó en su lista de lo mejor del año pasado. De ahí a hacer remezclas para Franz Ferdinand y dos de los grupos revelación de 2009, como lo son The XX y The Big Pink, había sólo un paso.

'Ahora nos sentimos más en el ojo público que nunca'

2010 debería ser el año de la explosión. Sin disco en la calle (tras muchos retrasos, Subiza se lanza esta próxima semana), Delorean está en todas partes, incluso en el blog de Justin Timberlake, que los vio en directo en Nueva York hace unos días y aún flipa con una música 'que es el equivalente a una noche de euforia salvaje en Barcelona'. A punto de cerrar una gira de cinco semanas por EEUU, que les ha traído portadas de revistas, conciertos con todas las entradas vendidas y un acuerdo con una filial del sello Matador (Cat Power, Sonic Youth y Yo La Tengo) para lanzar su disco en el resto del mundo, se preparan para desembarcar en España: la primera cita es el Festival Estrella Levante SOS 4.8 en Murcia, el fin de semana del 1 de mayo.

¿Estamos ante el fin del boom o al comienzo de algo todavía mayor aún por venir? 'Nosotros lo vemos más como el comienzo. Es una recompensa a nuestro trabajo y dedicación, pero no hay que olvidar que el disco aún no ha salido. La cosa pinta bastante bien', dice Igor Escudero desde la furgoneta que les lleva desde Salt Lake City a Vancouver, 'un viaje de 20 horas, el más largo de toda la gira'. Tras Canadá, a Los Ángeles y de vuelta a casa.

Escudero afirma que 'la gira está yendo de maravilla', en gran parte gracias al grupo sueco Miike Snow, al que han teloneado en la mayoría de los conciertos. Pero también a Ayrton Senna EP, 'con el que conseguimos estar a la vista de muchísima gente. A todos les gustó y ahora están esperando a ver qué vamos a hacer. Si sales en muchos medios, estás más expuesto. Ahora nos sentimos más en el ojo público que nunca', dice Igor.

'Es un disco que está hecho sin influencia de crítica y sin expectativas'

No habrá que esperar: Subiza sale esta semana en España. A principios de junio en el resto del mundo. 'Si la gente se esperaba otro Ayrton Senna, ya lo siento...', dice Escudero sobre el cambio de sonido. 'Subiza se acabó antes de que Ayrton Senna explotara mediáticamente. Está hecho sin influencia de crítica o prensa y sin expectativas; tal y como queríamos. Nos hemos dejado la piel'. Además, asegura, 'con el EP nos quedamos insatisfechos con respecto al sonido y al acabado de los temas'.

A pesar de que Igor y el resto del grupo 'no estamos de acuerdo con que el disco sea más espeso', Subiza parece volver a poner a cero al grupo, reescribe su sonido y es un álbum que, más que canciones, parece que busca un sonido, un sentimiento, un subidón: es un disco soleado. 'Por encima de todo hemos buscado las canciones, más que el disco funcionara como un todo. Queríamos también que sonara denso y que tuviera ese feeling espacial que tiene', reconoce el batería.

Producido por Chris Coady (!!!, TV On The Radio, Yeah Yeah Yeahs), lo que sí influyó fue el ambiente en el que fue grabado: en Subiza (Pamplona) bajo las órdenes de Hans Krüger. 'Es un homenaje al verano que nos pasamos en su casa, con él y su familia, comiendo al sol, y así Estábamos muy relajados. Teníamos piscina, jugábamos al ping pong, comíamos todos los días debajo de un árbol', recuerda.

Aunque el retraso del disco se debe 'a asuntos burocráticos', a lo tonto, Subiza está listo para el sol y la playa, algo que 'nos beneficia para que la gente lo asocie con el rollo veraniego, pero es pura casualidad'.

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