Este artículo se publicó hace 13 años.
Dolph Lundgren, un cachas arrepentido
El malo de Rocky IV ha reconocido en una entrevista que no se siente orgulloso de su carrera.
A sus 53 años, Dolph Lundgren echa la vista atrás y no se siente muy orgulloso de su carrera como actor. Así lo ha reconocido recientemente en una entrevista a corazón abierto en la que se lamenta de decisiones tomadas en su carrera y asume que sus ganas de amasar una buena fortuna le perjudicaron.
Conocido para el gran público por ser el Ivan Drago de Rocky IV, el He-Man de la infame pero entrañable adaptación de Masters del Universo o Soldado Universal que luchaba con Van Damme, Lundgren siente que ha malgastado su carrera como actor. No culpa a la industria o a sus representantes, se señala a sí mismo como responsable de su fiasco.
"Con algunas películas me vendía, me pagaban mucho y trabajaba durante dos semanas sin preocuparme realmente del proyecto. Si la película es mala pero yo estoy bien, no me hace daño. Pero si lo haces mal, te duele", dice en declaraciones a Virgin Media en las que, desde su experiencia, aconseja a sus compañeros: "si te vas a vender, más te vale que hagas tu trabajo. Eso es importante".
En todo caso, Lundgren dice sentirse afortunado porque en una industria tan dura nunca le ha faltado el trabajo. Aunque reconoce que en ocasiones no haya sido para estar orgulloso. "Imagino que tengo éxito, puesto que a pesar de que hago malas películas sigo trabajando", sentencia.
Volcado ahora también en su faceta como director, donde acumula varios títulos de acción como El arcángel, Ataque terrorista o Icarus, todos ellos protagonizados por él y para el mercado doméstico. A Lundgren le hemos podido ver recientemente en Los mercenarios reunión de héroes de acción capitaneada por Sylvester Stallone que ya prepara su secuela.
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