Cargando...

Tarantino:“En EEUU un negro solo está a salvo cuando los blancos están desarmados”

A golpe de gatillo

Publicidad

Samuel L. Jackson en 'Los odiosos ocho'.

Actualizado:

MADRID.- “En EEUU un negro solo está a salvo cuando los blancos están desarmados”. Son palabras de un personaje del nuevo western de Quentin Tarantino, Los odiosos ocho, una historia ambientada unos años después de la Guerra de Secesión (1861-1865) que tiene una desafortunada actualidad hoy en EEUU, un país conmocionado todavía por las dieciséis balas que el policía blanco Jason Van Dyke disparó a sangre fría y sin motivo contra el joven negro, Laqual McDonald.

Publicidad

Con las imágenes de esta atrocidad todavía en la retina y el espanto por los recientes asesinatos, también a manos de un policía blanco, del joven estudiante Quintonio Legrier y su vecina, Bettie Jones (ambos negros), madre de cinco hijos y abuela con diez nietos, la película de Quentin Tarantino se convierte en un trabajo siniestramente oportuno.

Click to enlarge
A fallback.

“A medida que estábamos haciendo la película y los acontecimientos del año y medio pasado fueron ocurriendo, se hizo más oportuna de lo que jamás hubiéramos imaginado", reconoció el cineasta en la presentación del filme en Londres.

A golpe de gatillo

Los odiosos ocho, que ya ha cosechado un merecidísimo premio (el Globo de Oro) para Ennio Morricone por la poderosa banda sonora que ha compuesto —la primera que hace para un western en cuarenta años—, es efectivamente un western ‘invernal y de interior’, en el que los personajes juegan al Cluedo y van eliminando pistas a golpe de gatillo (casi siempre).

Publicidad

En el camino encuentran al mayor Marquis Warren, un antiguo soldado negro de la Unión que se ha convertido también en cazarrecompensas, aunque éste con fama de gatillo fácil, y a Chris Mannix, un renegado sureño que dice que es el nuevo sheriff de Red Rock. La tormenta está a punto de darles alcance cuando llegan a la Mercería de Minnie, una parada para diligencias.

Carnaval de tiros

La esclavitud, el racismo, la justicia —con una ‘perla’ especial dedicada a la pena de muerte— y, claro está, la violencia son temas presentes, objetos de denuncia, en esta divertida película salpicada por todas partes de sangre. Aunque a algunos les parezca grotesca tal afirmación (por la conjunción de los adjetivos de divertida y sangrienta) y sabiendo que habrá quienes no disfruten nada del carnaval de tiros que se celebra dentro de la Mercería de Minnie, hay que destacar que las intenciones del cineasta con ello están clarísimas. Es la violencia menos realista que se ha visto en el cine reciente, hasta tal punto artificial que el distanciamiento es casi una obligación.

Publicidad

Odiosos y mentirosos

Ocho personajes odiosos y mentirosos para un western rodado en Ultra Panavisión 70 mm con el que el cineasta de Tennessee construye, entre otras cosas, un alegato antirracista y con el que ha vuelto a fastidiar a la derecha más reaccionaria de su país. La ‘oportunidad’ de esta historia en medio de la escalada de violencia racial que se vive en EEUU y poco después de las lágrimas de Obama al anunciar el endurecimiento en la ley de control de armas no ha gustado a algunos.

Publicidad