Este artículo se publicó hace 4 años.
El enigma de Hitler y su sobrina Geli, una historia de incesto y obsesión
El trágico y misterioso final de la sobrina del führer, Geli Raubal, es el punto de partida para un 'thriller' literario basado en hechos reales. 'El ángel de Múnich' recrea la historia de la única mujer que amó Hitler.
Madrid-
Husmear en los orígenes del nazismo reporta alguna que otra sorpresa. Corre el año 1931 y la influencia del partido nazi, así como sus resultados electorales, están en pleno crecimiento. Un suceso en el número 16 de la plaza muniquense de Prinzregentenplatz, donde vive el secretario del partido nacionalsocialista Adolf Hitler, moviliza a los comisarios Siegfried Sauer y Mutti Forster. Lo que sucede a continuación les sorprenderá.
El ángel de Múnich (Alfaguara) aborda y trata de entender lo que encontraron los comisarios al llegar a la morada de Hitler. El escritor Fabiano Massimi, tras años de estudio de bibliografía y fuentes inéditas, reconstruye la historia de una obsesión incestuosa, a saber; la que mantuvo el genocida nazi con su sobrina Geli Raubal, sin vida en una habitación de aquella casa. Todo apunta a un suicidio; el cuerpo es hallado muerto de un disparo en una estancia cerrada por dentro con llave.
El thriller histórico se pone en marcha. Lo hace además de la mano de un escritor que conjuga la erudición de un historiador, las fuentes de un periodista y la capacidad narrativa de un novelista. Las preguntas se suceden, ¿por qué el comisario Sauer encuentra por todas partes notas y cartas firmadas con una misteriosa H?, ¿qué hay escondido detrás de los cuadros que el mismo Hitler pintaba y con los que decoraba la casa?
Poco a poco las piezas encajan y va aflorando una turbia relación incestuosa entre Hitler y su joven sobrina Geli, una relación que, de hacerse pública, dinamitaría la proyección de Hitler dentro y fuera del partido nazi. Geli se convirtió en un estorbo que convenía eliminar, no en vano ella podría testimoniar las veleidades perversas del que, en cuestión de años, pasaría a comandar la solución final.
"Tío Alf"
La figura de Hitler fue omnipresente en la vida de Geli desde su más tierna infancia. "Tío Alf", como lo llamaba la joven desde pequeña, ejerció como tío, tutor y mentor. Geli perdió a su padre cuando era niña, de tal forma que el futuro führer tuvo a bien ocupar el lugar reservado para la figura paterna, llegando a ocuparse de sus estudios y alojándola en su misma vivienda. La relación era muy estrecha, demasiado según ciertos rumores.
Quizá fue esa proximidad con la sala de máquinas de la Historia y el hecho de poder testimoniar los desmanes íntimos de Hitler, lo que decantó para siempre la suerte de la joven Geli Raubal. El gran secreto de Geli era, a fin de cuentas, el gran secreto del Partido y una mácula en sus delirantes propósitos. Una vida marcada de antemano por el simple hecho de caer en gracia a su "tío Alf".
"La única mujer con la que podría casarme"
«¿Se sacrificó a sí misma? ¿Fue sacrificada? ¿Murió por elección? ¿Murió de fatalidad? En cualquier caso, si no se puede decir con certeza que fue la primera víctima del nazismo, podemos sin duda decir que fue la primera víctima de la propaganda nazi, casi un caso de damnatio memoriae», escribe Massimi en las notas de la edición.
El ángel de Múnich se sumerge en la historia antes de que se escribiera con mayúsculas. Un hecho que pudo desfigurar todo lo que vino después, que no fue poco. "Tras la muerte de Geli −declaró el líder nazi Göring durante los Juicios de Núremberg− todo rastro de humanidad en Hitler desapareció". Desconocemos hasta qué punto su asesinato o suicidio afectó al genocida en ciernes, pero sí sabemos −y así lo recoge Massimi− que fue la única mujer que Hitler amó.
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