Este artículo se publicó hace 13 años.
"Un enlace es el derecho a decir: allí se comete un delito"
Rickard Falkvinge, fundador del Partido Pirata, rechaza la ley Sinde por violar los derechos fundamentales
En sus tarjetas de visita, con una cara en sueco y otra en inglés, se leen sus coordenadas, cuentas en Facebook y en Twitter incluidas. También incorporan una clave pública para el envío de mensajes cifrados, un moderno código de barras y varios tachones. "Todavía no me han impreso las nuevas tarjetas", se excusa Rickard Falkvinge mientras sustituye "líder del Partido Pirata" por su nueva profesión: "evangelista político". A principios de mes, Falkvinge dejó de capitanear la formación sueca, pionera en el mundo en la defensa de los derechos de los internautas. "Soy un emprendedor, y dirigí el partido desde 2006", explica, "pero ahora es un proyecto maduro y no tiene sentido que siga al frente". A la entrevista con Público acude con una camisa roja brillante, el pelo peinado para atrás y su blanquísima tez sueca, por lo que más que a un apostol recuerda al vampiro que en él ven sus rivales políticos y las grandes multinacionales culturales, los mismos que lo acusan de afilar demasiado el colmillo para destruir su modelo de negocio.
¿Hay que reforzar con nuevas leyes la protección de los derechos de autor?
Es la pregunta clave. ¿Qué hay que proteger? ¿Por quén hay que luchar? La cultura no son los intermediarios y editores que hoy luchan por mantener sus privilegios. Más artistas están ganando más dinero que nunca. Hay más cultura disponible que en ningún otro momento de la Historia. Al mismo tiempo, los intermediarios que han estrangulado muy lucrativamente a los artistas pelean por restringir el acceso a la cultura.
Según usted, que hay que abolir el copyright para proteger a los artistas.
No sólo hablamos de cultura, sino de libertades civiles. Desde mi punto de vista, el copyright se ha convertido en un estorbo para los derechos fundamentales. Si te envío un correo, ese correo puede tener un audio consigo, o un vídeo. La única manera de detectar que se ha cometido un crimen en esas comunicaciones privadas es inspeccionar cada correo electrónico y analizar el contenido. No se puede discriminar entre unos contenidos y otros.
Eso es lo que persiguen leyes como la francesa. En España, la ley propuesta por el Gobierno, conocida como ley Sinde, apunta a las webs con enlaces.
Estamos muy preocupados por el contenido de la ley, porque es contraria a la Convención Europea de Derechos Humanos. Toda persona tiene derecho a decir hay gente en tal sitio que está cometiendo un crimen. Eso es un enlace.
¿La autorización rápida de los jueces protege los derechos del usuario?
No. Todo el mundo tiene derecho a un juicio justo. Si te van a privar de tu derecho a la libre expresión, que es lo que pasa cuando se cierra una web, creo que tienes derecho a un juicio justo, a defenderte o a tener un abogado. No se puede dejar todo en manos del Gobierno. Hace varios siglos, antes de que se consolidase la separación de poderes, los parlamentos se otorgaron el poder para declarar "enemigo del Estado" a alguien. Ahora repetimos la Historia dejando que el Estado declare "culpable" a alguien. Es un error. Además, puede estar en contra del Paquete Telecom [la reforma europea del mercado de las telecomunicaciones] en la que conseguimos que se garantizase el derecho a ser juzgado si se revoca el acceso de algún usuario a internet.
¿Están las grandes multinucionales culturales tras el empeño del Gobierno por sacar adelante la ley Sinde?
Vimos gracias a las filtraciones de Wikileaks que la embajada de EEUU mantuvo contactos con los dos partidos mayoritarios explicando la importancia de acabar con la piratería. Sabemos que los intereses norteamericanos están detrás de este retroceso en las libertades civiles en todo el mundo. No se trata fundamentalmente de los intereses del Gobierno, sino de la industria. En los años 80, con la crisis de muchas grandes empresas estadounidenses, la política internacional se supeditó a los intereses comerciales internacionales. El departamento de Comercio comenzó a amenazar a algunos países con bloqueos y sanciones si no firmaban acuerdos en el fondo favorables a las empresas norteamericanas. Vemos todavía hoy cómo influyen los ecos de ese cambio fundamental.
Sin embargo, muchos políticos y artistas españoles han asumido como propios los lamentos de EEUU.
Si supieran lo que están haciendo, estarían totalmente espantados. Pero no creen que la Red sea parte de la realidad.
¿No lo ven o no quieren verlo por intereses como el comercial o la lucha antiterrorista?
El dicho pícaro dice que no debes atribuir nada a la maldad cuando la incompetencia basta como explicación. El problema es que no entienden los problemas, no tienen tres semanas para empaparse de un nuevo punto de vista, un tiempo más que necesario. Hacen lo que haríamos cualquiera cuando no entendemos un problema: preguntar a nuestro alrededor. Los grupos de presión lo han hecho muy muy bien para estar ahí cuando se plantean las preguntas.
-Álex de la Iglesia, el presidente de la Academia de Cine, debatió mucho en la Red y cambió su postura. Le acabó costando el cargo.
Bien hecho. Es un gesto muy valiente y honorable.
¿Es usted un abogado del gratis total?
Me lo dicen todo el rato. Todo argumento que exponemos es manipulado y puesto al servicio del gratis total. Pero, por ejemplo, si protestásemos contra hipotéticas ejecuciones públicas en las plazas del pueblo nos dirían: "ya, sólo dices eso porque quieres música gratis". Es una manera de manipular para hacer que tu rival parezca moralmente inferior. Se usa en exceso..
¿Pero la cultura debería ser gratis?
Es una pregunta que debemos hacernos. Si 250 millones de europeos piden que sea un derecho intercambiar archivos de manera privada y sin ánimo de lucro, que es algo que ya hacen la mitad de los europeos (sobre todo los más jóvenes), los responsables políticos tendrían que considerar si oponiéndose no se arriesgan a que las urnas los echen del poder.
Las sociedades que gestionan derechos de autor y algunos artistas aseguran que eso sería firmar su sentencia de muerte.
Gracias al intercambio de archivos, los artistas nunca han ganado tanto dinero. El dinero administrado por los artistas se ha doblado desde que se usa el intercambio de archivos. Los artistas no tienen problemas. Son los intermediarios parasitarios los que luchan por leyes más duras.
¿Debe el artista cobrar por su trabajo?
Claro. Defiendo el derecho de cualquiera a ganarse la vida, pero nadie tiene el derecho a llamar a algo "trabajo" y exigir que se le pague. En el instante en el que dejas de tocar la guitarra en tu habitación para querer vivir de ello, dejas de ser sólo un artista y te conviertes en el dueño de un negocio, en un emprendedor. Las reglas son las mismas para ti, que tocas la guitarra, como para cualquier emprendedor en el planeta. Tienes que ofrecer algo por lo que otra persona quiera pagar. Si lo consigues, no necesitas ninguna ley para sostener tu negocio. Si no eres capaz, ninguna ley sostendrá tu negocio.
¿Que debería hacer la sociedad para evitar leyes como esta?
Politizar la cuestión del copyright, que no es sólo comercial. No se puede hacer un estudio de los derechos de autor con un microscopio. Hay que preguntarse si proteger lo que hoy está vigente no es demasiado peligroso, si compensan los beneficios que se obtienen. Nuestros derechos civiles dependen de ello.
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