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Erykah Badu, 'beats' y psicoanálisis

La cantante, que ofrece hoy un concierto en Madrid,  habló de su música con lo alumnos de la Red Bull Music Academmy. 

ALEJANDRO TORRÚS

Con los pies encima de la mesa, cadena de oro alrededor del cuello y un sombrero cubriendo la mitad de su cara. Erykah Badu es la artista invitada en la Red Bull Music Academmy. Los alumnos esperan impacientes mientras Erykah juega con el plato de música. Sube y baja la frecuencia, repite fragmentos, introduce ritmos. 'Yo plasmo en mis discos quién soy. Las emociones, el mundo, los sentimientos todo ha cambiado. La música no puede ser la misma porque Eryka no lo es', confiesa. Esta noche ofrecerá en Madrid un concierto en el Circo Price de Madrid con las canciones de su último álbum: New Amerykah 2: Return of the Ankh. ''No sé qué música hago en este disco. Es hip & hop, es jazz, es blues, es tantas cosas que no sé cómo decirlo. Quizá, la manera más sencilla es que este disco sea yo', confiesa.

Porque para Badu la música es mucho más que una forma de expresión. Es su terapia, su manera de encontrarse. Es ella misma. 'Soy una artista y he hecho todo tipo de arte. Sin embargo, poco a poco la música se fue convirtiendo en mi terapia y mi terapia en mi trabajo. Comencé a expresarme a través de la música. Para cualquier sentimiento que pueda tener, hay una frecuencia, hay un ritmo, hay un ‘beat' que pueda expresarlo', señala.

Erykah es, por encima de todo, una 'cantante de blues'

Pero si hay algo que es Erykah, por encima de todo, es una 'cantante de blues'. Su voz está considerada como referencia en las voces negras y su estilo ha dado lugar a la creación de un nuevo género musical: el neo soul. 'Mi voz es humana, no de una máquina. No se retoca, es imperfecta y profunda', asevera. 'Y así es la música que hago, imperfecta y siempre quiero retocarla, mejorarla. Por eso me gusta el estudio, me gusta grabar. Me encanta la sensación de unirte con un músico en un estudio y que la música fluya y se una', afirma.

La primera vez que la voz de Badu llegó al público era el año 1994. Erykah, por aquel entonces profesora de arte durante el día y camarera durante la noche, cantó durante un concierto del maestro D'Angelo, una de las principales voces del aun incipiente neo soul. Su voz rota pero dulce y su estilo agresivo pero armonioso conquistó al público y a Kedar Massenburg, manager de D'Angelo. 'Estaba trabajando en una cafetería escuchando mis CD's cuando llegó a buscarme Massenburg (manager)', recuerda Badu. Fue el inicio de una fulgurante y espectacular carrera.

En 1997 vio la luz su primer disco Baduizm y revolucionó su vida. En el mismo año llegaron dos grammy, una gira completísima y la maternidad. Poco después, ya tenía su segundo álmbum en el mercado. 'Fue el mejor año de mi vida. Mi música fue apreciada y reconocida por primera vez. Fue increíble. Recorrí un montón de programas, shows y conciertos. Ahora ya no hago nada de esa mierda', confiesa.

Badu no concede entrevistas ni fotografías. Sólo los alumnos de la Red Bull Academy pueden hablar con ella y ellos se vuelcan con Badu. Cada palabra sienta cátedra entre los asistentes y cada canción que Badu hace sonar en los platos hace volar las mentes de los alumnos. Antes de despedirse, Badu se pone en pie por primera vez. 'Escuchad todos. Quiero decir una cosa muy importante. Hagáis lo que hagáis. Seguid siempre a vuestro corazón. Os irá bien', concluyó.

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