Este artículo se publicó hace 13 años.
"España no ha hecho las paces con sus muertos"
Varujan Vosganian, escritor. El autor y político rumano de origen armenio edita ‘El libro de los susurros', su primera novela en España
El discurso de Varujan Vosganian (Craiova, Rumanía, 1958) sabe moverse entre la exuberancia poética, con frases escritas sobre la línea del horizonte, a la contención de un burócrata, con ideas de punto y coma, en las que la segunda parte viene a decir lo contrario que la primera. Poeta rumano, de viaje por España para promocionar su primera novela traducida al español, Vosganian es también político: fue ministro de Economía entre 2006 y 2008, sigue siendo senador y preside la Unión Armenia de Rumanía desde su fundación, en 1991. En El libro de los susurros (Pre-textos) rescata la historia del genocidio armenio, pasando por todas las fosas comunes del siglo XX, desde la intimidad y la memoria oral y sensorial de su familia.
¿Usted ha querido contar la historia desde el punto de vista de los vencidos?
"La verdadera historia no la hacen los ejércitos. La hacen las ideas"
Sí, porque cuando vences, es que la fuerza está de tu parte. Pero para perder se necesita todavía más fuerza. Necesitas convicción. Nosotros no elogiamos a los vencedores, sino a los mártires.
¿Cuando dice "nosotros",a quién se refiere?
A la gente común y corriente. Busque entre los héroes del pueblo español y verá que la mayoría de ellos fueron vencidos en vida. Ahí, por ejemplo, está Cristóbal Colón, que murió con un sentimiento de frustración. O García Lorca, que es parte importante de la conciencia española. Pero de los que lo vencieron a él, no conocemos ni sus nombres. Y algo más, la verdadera historia no la hacen los ejércitos, la hacen las ideas. Las ideas son demasiado fuertes como para que puedan aplicarse todas en la época en que son pensadas.
"Franco fue un dictador, quitóal pueblo español la libertad"
En estos días hay una polémica en España en torno al Diccionario Biográfico Español', donde se exalta a los vencedores y refleja lo contrario de lo que usted dice.
El debate sobre este diccionario de la Real Academia de la Historia española enseña que todavía la conciencia pública en España no ha hecho las paces con los nuevos muertos. Los hechos no han sido asumidos integralmente. ¿Qué significa eso? Que los españoles no tienen que repetir el mismo proceso, sino entenderlo, sin pasión. Por eso cuando hablamos de Franco, si fue o no un dictador, para mí como rumano las cosas están claras. Franco quitó al pueblo español la libertad de tener derechos políticos, él y su dictadura ralentizaron el desarrollo de la cultura cívica en España. La cultura cívica es la actitud fundamental con la cual el individuo se relaciona con la sociedad. Para los que consideran que el hombre puede ser sólo individuo, pueden poner en tela de juicio la condición de dictador de Franco. Pero para el que considere que el hombre tiene la libertad de ser él mismo, y no sólo uno entre los otros, Franco fue un dictador.
¿Quiénes son esos "nuevos muertos"?
Por ejemplo, los que están enterrados en el Valle de los Caídos. ¿Quiénes son mártires y quiénes verdugos? No habéis contestado a esa pregunta. Para nosotros, los nuevos muertos son los mil jóvenes que murieron durante la resistencia comunista de 1989. Lamentablemente son desconocidos en Rumanía: sus nombres no se enseñan. En ningún lugar vas a encontrar sus retratos. Y por eso continúan vagando entre nosotros.
¿La pervivencia de testigos directos y víctimas de esos traumas dificulta su superación?
Estas cosas no se pueden olvidar. Pero pueden transformarse de una herida en una idea. Nietzsche decía que el enfermo es más creativo porque conoce su propio cuerpo y es más sensible. Esta herida es justo lo que decía Nietzsche: te sensibiliza. Cuando hablo de transformar una herida en una idea, pienso en que la forma de liberarnos es que aunque la herida duela, que no nos aísle.
¿Qué aporta la literatura a esa posibilidad de tramar un relato común que no puede aportar la historia?
Gracias a mi libro se ha escrito sobre el genocidio armenio más de lo que se había escrito desde 1915. Porque un libro no te habla de manera abstracta. En la historia encuentras números. En un libro de literatura encuentras caras. Y las caras son más difíciles de olvidar que los datos.
Este es un libro sobre el pueblo armenio, pero no sólo eso. Habla, por ejemplo, de los "apátridas", legalmente expulsados de todos los países. ¿Cómo vivió la expulsión de los gitanos rumanos de Francia hace unos meses?
Todo hombre es libre, según sus tradiciones y su cultura, y debe ser respetado, independientemente de su etnia. Él, a su vez, también tiene que respetar. Cuando una persona restringe la libertad de los otros y les genera malestar, indiferentemente de la etnia, tiene que cargar con las consecuencias. Es por eso que si un grupo de personas se vuelve agresivo hacia la comunidad, hay que ponerle freno. Pero de ahí a desencadenar una actitud hostil contra todos los miembros de esa etnia hay una diferencia.
¿No cree que la UE faltó a sus principios de defensa de la libertad de movimiento?
Ese caso está cerrado. La actitud de la UE fue correcta. Y las autoridades francesas han cambiado su actitud.
En Rumanía, ¿son ciudadanos de pleno derecho realmente?
En Rumanía, todos los que respetan la ley son iguales. Incluidos los gitanos.
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