Este artículo se publicó hace 13 años.
"España participó en una guerra criminal"
Jorge M. Reverte, hijo de expedicionario, bucea en la historia de la División Azul
El cuerpo colgado de Vladimir Baldseski en las calles de Vitebsk, en la actual Bielorrusia, tiene un cartel sobre el pecho donde, además de su condición de judío, consta el cargo del que le acusaron sus ejecutores: "apuñaló a un solado alemán". La escena inaugura el relato de La División Azul. Rusia, 1941-1944 (RBA), de Jorge M. Reverte, y no por casualidad: "Está sacada del diario de campaña de mi padre", contaba ayer el autor a Público. "He querido hacer un libro sin concesiones, y para eso tenía que empezar por mí", añadió.
El padre de Reverte, "el soldado Martínez", que es el nombre con el que aparece en el libro, fue uno de los 50.000 voluntarios españoles que el régimen de Franco envió al frente ruso para combatir, junto al ejército alemán, contra el "judeo-bolchevismo" durante la II Guerra Mundial. Tipógrafo en el diario Arriba, compartía con muchos otros el haber combatido en el bando republicano durante la Guerra Civil, por lo que, consumado el golpe de Estado, quisieron despejar la sospecha de "desafección al régimen". Tampoco faltaron los falangistas y pronazis convencidos. Muertos en combate, de hambre o de frío, 5.000 no volvieron.
"Para hacer un libro sin concesiones tenía que empezar por mí", dice el autor
"Mi padre volvió traumatizado y nunca habló del tema", explica Reverte. "Porque descubrieron que lo del judeo-bolchevismo' no era más que retórica y que habían participado en una guerra criminal". Esa es también la tesis del libro, cuya escritura ha transformado el punto de vista del autor: "Ahora soy mucho más compasivo con los individuos y mucho más duro con el país, porque al final España colaboró en ese crimen".
Listas de judíosMientras Reverte presenta su ensayo en Madrid, en Lituania, Gerardo Herrero rueda una película sobre la división azul, Sangre en la nieve, el año que se cumplen 70 de la expedición. "Es un tema del que la ultraderecha ha hecho bandera de heroicidad durante mucho tiempo y la izquierda, por repugnancia, no hablaba", explica Reverte para contextualizar la pertinencia del tema. Aún así, dada la abundante bibliografía, confiesa las dudas que debió vencer para escribirlo.
"No creo que en este país exista ningún pacto por la desmemoria"
El autor de La batalla del Ebro y La caída de Madrid considera que hace años que en España se pueden tratar estos asuntos con naturalidad. ¿Salvo si uno es juez de la Audiencia Nacional? "Bueno, yo ahí discrepo: creo que el juez Garzón se equivocó al tratar de juzgar a los muertos, cosa que jurídicamente no tiene ningún sentido", dice. "Yo no creo que en España haya ningún pacto por la desmemoria", añade.
La colaboración en el exterminio de los judíos estuvo a punto de convertirse también en un asunto de política interior. Reverte lo recoge en su ensayo: "Ese proyecto existió y tuvo nombres y apellidos: José Finat, el propio Serrano Suñer y el embajador entonces en Francia, elaboraron esas listas y los denunciaron", dijo durante la entrevista realizada en la Casa Sefarad de Madrid. Cuando las perspectivas de una victoria alemana se desinflaron, Franco retiró a hurtadillas su división y multiplicó su supuesta "neutralidad".
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