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Espionaje para todos los públicos

Basado en las novelas de Tom Clancy, 'Splinter Cell' se moderniza inspirándose en '24' y las películas de Bourne

JAUME ESTEVE

Los padres de la saga Splinter Cell, una de las más veteranas del espionaje en videojuego, han apostado por remozarla por completo con la última entrega de la serie, Conviction. Un movimiento estratégico que apuesta por acercar a Sam Fisher, su protagonista, a una audiencia más amplia.

En un tiempo en el que hasta nuestra abuela se planta delante de una consola, Splinter Cell debe hacerse más accesible. La trama, basada una vez más en las novelas de Tom Clancy (pero que también podría beber de Le Carré o Forsyth), incluye todos los tópicos, en el buen sentido de la palabra, que se le presuponen a un título de este estilo: conspiraciones, catástrofes, traiciones y la sensación de no saber qué ha ocurrido realmente hasta que se llega a la última página, escena, en este caso. 'Hemos intentado hacer una historia con muchos giros de guión, con sorpresas desde el principio de la historia', resume Alexandre Parizeau, productor del título, desde las oficinas que el estudio posee en Montreal.

El juego ha sufrido un lavado de cara para acercarlo a la ficción de espías

Unido a todo este cóctel, el juego ha sufrido un lavado de cara para acercarlo a la ficción de espías tan de moda en cine, televisión y literatura durante la década post-11-S. Lo certifica Maxime Beland, director creativo de Conviction: 'Sam Fisher es muy similar a Jason Bourne, a Jack Bauer [de 24], incluso a James Bond. Son todos agentes de élite'.

Si algo distingue a las tres series mencionadas es el acercamiento al género desde la acción frenética, la crudeza de unos personajes que no se andan con chiquitas y una trama que no por más simple deja de atraer a los espectadores. Todo ello se ha implementado en Conviction en varios aspectos.

El principal, se ha disminuido la dificultad, que en algunos momentos llegaba a ser irritante. De nuevo otra medida para acercar el título a las masas. Segundo, potenciar la acción. Con la técnica conocida como 'marcar y ejecutar', el protagonista puede deshacerse hasta de cuatro enemigos con un solo botón y regodearse con una de esas cinemáticas que quitan el hipo.Pero donde Conviction se aleja más de un videojuego al uso y se acerca más a la novela de espías es en un cuidado guión, apoyado en el protagonista.

'Hemos intentado hacer una trama con muchos giros de guión'

En palabras de Parizeau, 'Sam ha perdido a todo el mundo a su alrededor por estar demasiado centrado en su trabajo. A su mujer, a su hija. Pero ahora ya no trabaja para el gobierno, reflexiona sobre sus acciones. Ha evolucionado'.

Y eso se traduce en una historia adulta que se desarrolla a lo largo del título, en contraposición al batallón de misiones inconexas de las anteriores entregas.'Estamos aquí para entretener a la gente, no para frustrarla. ¿Qué pasa cuando un juego es difícil? Dejas de jugarlo. Y eso apesta', resume Beland. Más entusiasmado se muestra Parizeau: 'Queríamos rejuvenecer la marca y hemos hecho un juego de infiltración que se juega deprisa. No hay ningún título que se juegue así'.

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