Este artículo se publicó hace 13 años.
El espíritu del apicultor
Director: Semih Kaplanoglu
Género: drama
Reparto: BORA ALTAS, ERDAL BESIKÇIOGLU, TÜLIN ÖZEN
Duración: 103 minutos
EN SÍNTESIS
El pequeño Yusuf vive con sus padres en un pueblo recóndito de la Turquía rural. El padre se gana la vida como apicultor mientras la madre trabaja en el campo. Las abejas tienden a desaparecer y el padre cada vez tiene que caminar más lejos para colocar sus colmenas. Durante sus prolongadas ausencias, Yusuf se esfuerza para superar una tartamudez que impide que en la escuela ejerza en voz alta su pasión por la lectura.
COMENTARIO
Tercera entrega de la llamada trilogía de Yusuf, la ganadora del Oso de Oro en el Festival de Berlín del año pasado nos sitúa en un tiempo anterior al que retratan las otras dos películas que el director turco Semih Kaplanoglu ya dedicó a este personaje en parte inspirado en su propia vida, ‘Huevo' (2007) y ‘Leche' (2008). Si estos dos títulos nos sitúan respectivamente en la madurez y la juventud de Yusuf, ‘Miel' se centra en su infancia, lo que convierte esta trilogía de Yusuf en una especie de versión turca de esa maravillosa trilogía de Apu que filmó Satyajit Ray en los años cincuenta, pero rodada en orden inverso. El paralelismo no se queda en el mero hecho de que en ambos casos nos encontramos ante un trío de filmes que retratan las tres edades en la vida de un hombre. Como en el caso del cineasta indio, Kaplanoglu también ejerce un tipo de cine naturalista que, a través de una puesta en escena despojada de artificios (la película prescinde, en este caso, de la música extradiegética y de la iluminación artificial), busca una representación de la realidad en la que quede revelada su dimensión intangible. Un tipo de cine cuyos principales referentes son nombres como Roberto Rossellini o Vittorio de Sica, por lo que en ‘Miel' también resuenan los ecos de otros directores marcados por el Neorrealismo, como Abbas Kiarostami (hay un guiño explícito a ‘¿Dónde está la casa de mi amigo?') o Víctor Erice.
El inevitable recuerdo de ‘El espíritu de la colmena' no viene dado tanto por la profesión del padre de Yusuf, sino por la capacidad de Kaplanoglu para recrear un mundo donde las ausencias y los silencios pesan tanto como las presencias y las palabras, enfocado desde una mirada infantil. Aunque en ‘Miel', al contrario que en el filme de Erice, no existe una influencia del tiempo histórico en la vida de los personajes. En parte por ello, la película turca desprende un aire atemporal. Y por entroncar con la tradición de un cine cada vez más difícil de encontrar en las pantallas comerciales de hoy en día.
LA PROYECCIÓN TURCA
La distribuidora de ‘Miel' ha decidido estrenar la Trilogía de Yusuf en el orden de la narración y no de la producción de las películas: nos llega primero la última, que corresponde a la infancia del protagonista. Los tres títulos funcionan como obras únicas y al mismo tiempo como partes de un todo. Cada una se sitúa en una geografía y época concreta y desprenden un tono diferente acorde con la edad de Yusuf (‘Miel', por ejemplo, resulta más lírica que ‘Huevo', más desencantada). Y las tres, al mismo tiempo, se matizan, complementan y espejan las unas en las otras, formando así, más que la narración líneal de la biografía de un hombre, un retrato calidoscópico y complejo de la vida a través de sus etapas.
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