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"Euskadi necesita memoria y olvido"

Bernardo Atxaga presenta la adaptación al cine de su exitosa novela 'Bi Anai'

PAULA CORROTO

'Cuando las cosas acaban, acaban para siempre y acaban del todo'. El escritor Bernardo Atxaga interpreta así el comunicado de ETA en el que la banda anunciaba el fin del uso de las armas emitido el pasado 20 de octubre. Es un tema zanjado. Eso sí, según él, ahora en Euskadi 'se necesita memoria y olvido, porque a los niños que van a la escuela no puedes entregarle ese fardo..., sino una experiencia destilada. Hay que enseñarles a partir de lo que supuestamente hemos aprendido de todo esto'.

Para el escritor, la batalla no debe ser ahora la de exigir perdón o no. '¿Qué significa eso? Es lo mismo que los que dicen ahora que borrón y cuenta nueva. ¿Vamos a olvidar lo del Hipercor? ¿Vamos a pedir al que ha estado 25 años en la cárcel que salga de rodillas? Llega la hora de la política de hombres que tienen estrategias y saben mirar al futuro. Lo importante es la visión a 15 años vista', sostiene el autor de El hijo del acordeonista, quien da por buenas las palabras de un experto en terrorismo al que escuchó en una ocasión: 'La única forma de evitar el terrorismo es evitar que empiece, porque una vez que lo hace es muy difícil deternerlo'.

El escritor ha hecho estas declaraciones tras la presentación de la adaptación al cine de su novela Bi Anai (Dos hermanos), realizada por el joven director Imanol Rayo (Pamplona, 1984). Esta novela, publicada en 1985, puso los cimientos de Obaba, ese universo alegórico e imaginativo en el que Atxaga convirtió a Euskadi en los ochenta.

Y el escritor está contento con el resultado. 'Cuando se trabaja con un director de cine lo importante es tener una consonancia moral y ética con respecto al trabajo. Y la ha habido. Si no hay una afinidad ideológica es difícil trabajar. He tenido casos de gente que quería hacer películas con mis libros y lo que quería realmente era darles la vuelta ', señaló. La película ganó el premio a la mejor producción vasca del año en el último Festival de Cine de San Sebastián.

Hace unos años, Montxo Armendariz ya llevó al cine su novela Obabakoak. Sin embargo, en Bi Unai Rayo muestra un mayor interés por retratar la atmósfera lúgubre de esta fábula triste de Atxaga. Los planos se detienen en los detalles de ese pueblo de finales de los años cincuenta en el que dos hermanos, uno de ellos deficiente, tratan de salir adelante tras la muerte del padre. El ritmo es reposado. El guión, escaso. Son las imágenes las que cuentan una historia envuelta en una atmósfera llena de tristeza. Cuando fue publicada, la novela se convirtió en un éxito de ventas y no hubo un hogar vasco en el que no habitara en sus estanterías.

'Es un libro peculiar. También cuando salió en castellano tuvo mucha difusión. Por suerte yo ya estoy fuera de esa atmósfera, que no es la más alegre del mundo. A veces, como es un libro corto, se lo recomiendan a los jóvenes para que lo lean, pero creo que es un libro que podría ser muy negativo, porque es muy oscuro', admite Atxaga.

La alegoría y la metáfora pululan por todo el relato y la película. En el filme, hay varias escenas con animales, como una ardilla enjaulada o una culebra que devora sin compasión a un pajarillo. 'Es lo bueno de no ser realista, que puedes meter serpientes y sacar gatos, o utilizar un lenguaje bíblico', apunta.

Bernardo Atxaga disiente del realismo 'el relato costumbrista se suele quedar en lo anecdótico' salvo en las novelas en las que ha retratado el mundo de la banda terrorista ETA, como Esos cielos y El hombre solo. 'Es que lo que hay ahí es una complejidad en los personajes. Y lo misterioso es entenderlos y captar los detalles. Las novelas más realistas se mueven a través de los personajes', concluye.

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