El factor femenino será el hilo conductor del Festival Internacional de Música Avanzada y Arte Multimedia, Sónar 2008, que se presentó en Barcelona, donde se celebrará los días 19, 20 y 21 de junio. El otro icono destacado en el festival será el de los grupos de etiquetaje imposible, bastardos en el sentido literal de la palabra: 'Es muy difícil clasificarlos porque, entre todos los estilos y subestilos que tocan, no se sabe quién es el padre', explicó Ricard Robles, de la organización.

El MACBA, la Fira Gran Via (Sónar de Nit) y el CCCB serán los espacios principales de tres días que convertirán Barcelona en capital mundial de la música.

Enric Palau, otro de los promotores del certamen, destacó 'la reciente cosecha de artistas femeninas de las más variadas vertientes, estilos y actitudes' que podrán verse en el Sónar. La oferta del festival en este sentido será amplia y variada: mujeres combativas, tiernas, con garra, con frescura... Hasta el momento -el cartel todavía no está cerrado y resta más del 30% por acabar de confirmar-, está garantizada la presencia de 17 grupos femeninos: desde el exotismo callejero y descarado de M.I.A., hasta el virtuosismo de la voz de la francesa Camille -Francia tiene asegurado un papel importante en este Sónar-, que brillará en el Palau de la Música, pasando por el minimalismo de Chloé, el clasicismo de Alison Goldfrapp, que actuará en la noche inaugural, o el glamour de Róisín Murphy.

Toca bailar

El componente festivo es esencial en el Sónar, que empuja al baile. Es aquí donde tendrán su papel los grupos llamados bastardos, que beben tanto del rock -ya sea punk o heavy- como del dance, techno... '¿Alguien puede afirmar con absoluta certeza de qué fuente principal maman Justice, Yelle, Boys Noize o Diplo?', se preguntan los promotores.

El festival propone cuatro momentos clave: los conciertos de Goldfrapp, Camille, del quinteto de cuerda más batería Basquiat Strings -que llenará el Auditori con su acústica-, y BC vs. JC featuring Darren Emerson.

Encuentros y reencuentros electrónicos serán otro punto de referencia: Alison Moyet y Vince Clark -fundador e hijo pródigo de Depeche Mode-, por ejemplo, que 25 años después de su separación ofrecerán piezas que jamás se hicieron en directo.

Se presentará en un showcase la visión ecléctica de los franceses Dirty Sound System, que, en palabras de Robles, 'buscan recuperar las esencias musicales de cualquier época para construir un discurso bailable'. La representación española, de momento, queda reducida a The Pinker Tones, Cabo San Roque y Asstrio.

Pero en Sónar 2008 hay más: la parte expositiva la configurarán Sonarmatica, en el CCCB, sobre artistas que se inspiran en los orígenes cinematográficos, y Sonarama, sobre la creación audiovisual de imagen y sonido a tiempo real. 

M.I.A.
Su fusión de estilos –hip hop, ritmos africanos, música hindú– y su lenguaje y actitud combativa –su padre fue líder de un grupo paramilitar de Sri Lanka– la han situado en el ojo del huracán. En el Sónar, presentará Kala, su segundo disco.

GOLDFRAPP
Tras colaborar con gigantes de la electrónica como Orbital o Tricky, Alison Goldfrapp dio a luz junto a su compañero artístico Will Gregory uno de los discos más sugestivos del siglo XXI: Felt Mountain. En marzo, llega su nuevo disco, el cuarto, Seventh Tree.

RóISíN MURPHY
Otra diva de la electrónica que ha sabido rodearse de buenos amigos. Tras dejar Moloko, su primera y exitosa banda, Róisín Murphy llamó a Matthew Herbert para debutar en solitario. Su último disco, de 2007, se titula Overpowered.

KONONO Nº 1
El grupo de Kinshasa es ya un habitual de los festivales de música de vanguardia. Especialmente llamativa es la utilización del likembé, una especie de teclado diminuto que se toca con los dedos pulgares. Sus conciertos son una apoteosis de ritmo y baile.

YAZOO
Leyenda del techno-pop de los 80, el dúo compuesto por Vince Clark –Depeche Mode, Erasure– y Alison Moyet publicó su último disco en 1983. El Sónar será testigo de su regreso.

Cabo San Roque. Ejemplo claro de la bastardada, y, además, española. Cabo San Roque fusiona músicas de forma coherente y fabrica sus propios instrumentos.