Este artículo se publicó hace 11 años.
Fallece a los 81 años Peter O'Toole, el genial 'Lawrence de Arabia'
El afamado actor, intérprete de Shakespeare y de grandes películas de la historia del cine, tenía la salud muy deteriorada a causa de su adicción al alcohol y murió en un hospital de Londres, donde llevaba largo tiempo i
Patricia Rodríguez (EFE)
El actor irlandés Peter O'Toole, fallecido hoy a los 81 años en un hospital de Londres, pasará a la historia del cine por su versatilidad, sus magnéticos ojos azules y su magistral interpretación del coronel T.E. Lawrence en Lawrence de Arabia (1962).
De personalidad extrovertida y alegre pero también díscolo y combativo, O'Toole dio sus primeros pasos en el mundo interpretativo como actor de teatro encarnando papeles de Shakespeare para dar el salto a televisión en 1954 y debutar en el cine, en 1959, como actor de reparto en un film menor, Kidnapped.
De padre irlandés y madre escocesa, su fecha y lugar de nacimiento siempre han estado rodeados de una cierta imprecisión, y si bien algunas fuentes aseguran que nació en Connemara (Irlanda), para otros es oriundo de Leeds (norte de Inglaterra).
Frente a esa ambigüedad, el propio O'Toole aceptaba como fecha válida de su nacimiento el 2 de agosto de 1932.
Su versatilidad y talento natural para meterse en la piel de personajes especialmente complejos es ampliamente reconocido.
Sin embargo, O'Toole pasará a la historia por su colosal interpretación del controvertido coronel británico T.E. Lawrence en Lawrence de Arabia (1962), la obra maestra de David Lean, donde regaló una de las mejores interpretaciones que se han visto en la gran pantalla.
La magia interpretativa que derrochó O'Toole dando vida al polémico héroe inglés que luchó en el frente turco en la I Guerra Mundial sobrepasó las expectativas, teniendo en cuenta que su elección llegó un poco de rebote, después de que Marlon Brando y Albert Finney hubieran rechazado ese papel.
La profunda implicación del actor en ese proyecto le llevó, incluso, a vivir con un beduino más por los desiertos de Jordania y Marruecos -dos de los países donde se rodó la cinta-, y varios beduinos que conocieron en vida al verdadero "Aurens" llegaron a decir que el irlandés había traído de vuelta al desierto al auténtico coronel.
El filme, un alegato anticolonialista que ganó 7 Oscar, incluido el de "mejor película" -si bien fue Gregory Peck el que se llevó el de mejor actor por Matar un ruiseñor-, fue un claro referente interpretativo y argumental en su época y continúa hoy siendo uno de los grandes clásicos de la historia del cine.
Llegarían otros proyectos de relevancia como La Noche de los Generales (1966) o El Hombre de la Mancha (1972), si bien ninguna de sus otras películas lograría superar el arrollador éxito de Lawrence de Arabia.
El Óscar se le resistió en ocho ocasiones. En 2003, llegó a plantearse rechazar el premio honorífico de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de EEUU a toda su carrera pues aún sentía que podía lograrlo en competición.
Fuera del universo interpretativo, O'Toole maltrató su salud con una confesa adicción al alcohol y esa dependencia del whisky le situó en 1976 al borde de la muerte, cuando le tuvieron que extirpar parte del estómago y el intestino.
Como resultado de esos avatares, su páncreas resultó gravemente dañado y pasó a depender de la insulina.
Entre otros tropezones de salud con los que tuvo que lidiar, también sufrió una enfermedad en la sangre de la que posteriormente se recuperaría.
En 1979, cuando parecía que su carrera interpretativa había perdido fuelle, participó en Calígula, con Malcolm McDowell y Helen Mirren, y volvió a implicarse en otros proyectos comerciales hasta que El último emperador, de Bernardo Bertolucci, y Troya le devolvieron de nuevo a la primera línea interpretativa.
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