Este artículo se publicó hace 14 años.
La familia Miró da a conocer 17 dibujos inéditos
Las obras fueron realizadas en papel y han sido cedidas en depósito a la fundación del pintor
Joan Miró era un entusiasta de las posibilidades del papel. Las 17 obras que la Fundació Miró incorporó ayer a su colección permanente manifiestan que el artista trabajaba muy cómodo con los derivados de la celulosa. "Estas nuevas incorporaciones son piezas realizadas directamente sobre el papel, un soporte que para él era muy estimulante como punto de partida, pero que además le permitía una inmediatez, que la pintura no brinda por necesitar más tiempos de secado", argumentó la directora del centro, Rosa María Malet.
Entre estas nuevas inquilinas de la Miró, elaboradas entre los años 1931 y 1953, destaca el Dibujo-collage de 1933. El valor de la obra radica en que la técnica del collage no estaba demasiado extendida en aquella época. Al igual que tampoco era habitual pintar sobre papel de vidrio, algo que dio mucho juego a Miró, un personaje con fama de contradictorio y generoso.
Los collages de los años 30 destacan de las nuevas incorporaciones
De las 17 incorporaciones, también despuntan dos dibujos de 1937: uno, depósito de Lola Fernández Jiménez, y otro, de Emili Fernández Miró, en los que planea la hipótesis de que "primero fue la mancha y después Miró acabó dándole la forma", en palabras de Malet. Cedidas en depósito por la familia del pintor, las nuevas piezas se pueden visitar en la sala octogonal, que gracias a la nueva presentación de la colección permanente, recupera la forma original de cuando la Fundació abrió sus puertas en 1975.
Un lenguaje propioAl margen de cuestiones técnicas, la nueva instalación incorpora al recorrido explicaciones sobre las técnicas que interesaron a Miró a lo largo de su vida como la escultura, la cerámica o los tapices.
La Miró mejora la exposición de la colección permanente
Además, el nuevo montaje expone cronológicamente la trayectoria del pintor en relación a su contexto histórico: desde la formación en Barcelona pasando por la estancia en París, hasta su regreso a España. De una manera clara y sintética se cuentan las relaciones que mantuvo Miró con la vanguardia artística del momento, el interés por la experimentación y la consolidación de un lenguaje propio.
En palabras del historiador Robert Lubar, "Miró era el pintor puro y a la vez el anti-pintor pionero del reciclaje. Sus collages son las creaciones menos conocidas. Mucha gente sólo ve el Miró más abstracto, el más lírico, el pintor de los signos, pero hay mucho más".
Para facilitar el acceso del público a la obra del artista, las piezas más importantes están destacadas con un pequeño comentario.
La renovación de la colección permanente es la culminación de un proceso para incrementar la difusión de la obra de Miró. Un proceso que comenzó con la digitalización de los fondos y continuó con la publicación del nuevo catálogo.
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