Este artículo se publicó hace 14 años.
El 'fantasma' Polanski arrasa en los europeos
La película 'El escritor' consigue seis premios de la Academia de Cine Europea
A cinco grados bajo cero, y acuerdo de extradición mediante, el gran favorito en la 23 edición de los premios de cine europeo celebrada en Tallín (Estonia), Roman Polanski, se convirtió en el gran ausente de la ceremonia y flamante ganador de seis premios por su película El escritor (The ghost writer, en versión original): mejor banda sonora, mejor guión, mejor director, mejor dirección artística, mejor actor y mejor película.
Su ausencia obligada, ya que Estonia mantiene un acuerdo de extradición con Estados Unidos, donde la Justicia lo reclama desde 1978, terminó por deslucir una ceremonia acartonada a la que no le hubiera venido mal un altercado de Polanski con la policía. Para compensar, el director polaco intervino por videoconferencia en tres ocasiones desde su salón, con un look entre informal y pijamero.
Una gala políticaEn lo que es claramente un gesto de apoyo moral del cine europeo al director polaco, que este año vivió dos meses de cárcel y siete de arresto domiciliario tras ser detenido en Suiza, la gala adquirió un carácter fuertemente extra cinematográfico y casi político, y El escritor y su director sólo perdieron el premio al mejor montaje. La gala homenajeó al actor alemán Bruno Ganz y al compositor británico-libanés Gabriel Yared por toda su carrera. Ningún miembro del equipo de El escritor acudió a recoger su premio; Ewan McGregor, mejor actor, por encontrarse rodando la nueva película de Juan Antonio Bayona, The impossible.
Las cinco películas españolas nominadas se fueron de vacío a casa
Estonia no es Finlandia, pero todo parecía una película de Aki Kaurismäki: presentadores hieráticos que hablan sin mirarse los unos a los otros, un escenario gélido, y una larguísima alfombra roja ambientada por un coro en perpetuo estado de loop y en la que empleados de prensa subtitulaban el paso de cada celebridad del cine europeo con un cartelito con su nombre.
La gala de los Oscar europeos, organizada por la Academia Europea de Cine (organismo subvencionado mayoritariamente por la Lotería Nacional Alemana) lució un soporífero aspecto entre revival de Eurovision y programa de salud de televisión pública. Sólo el discurso del ruso Victor Kossakovsky, encargado de entregar el premio al mejor documental, que ganó Nostalgia de la luz, del chileno Patricio Guzmán, sorprendió a los asistentes al inquirir: "¿Por qué los directores de cine documental nunca están nominados al premio al mejor director?".
Las cinco películas españolas nominadas, Celda 211, Planet 51, El secreto de sus ojos, Io, Don Giovanni, y Ágora, se fueron de vacío a casa, y ni tan siquiera la participación de TVE en el documental ganador compensó la sensación de cierto fracaso. Además, el vídeo de recordatorio de los fallecidos del año omitió la muerte del español Luis García Berlanga.
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