El flamenco más creativo y genial

A Enrique lo conozco desde niño. La primera vez que toqué con él yo tenía 13 años. Me sabía todos sus discos, porque los tocaba en casa, sobre todo uno que se titula Despegando.

Uno de nuestros trabajos más intensos fue Omega, donde yo hice de guitarrista puente entre el flamenco y el rock, porque ya había colaborado con grupos como El Último de la Fila. Recuerdo que un día en el estudio, con su cariño habitual, me dijo: "Cañi, menos mal que has cogido tú esos dos temas, porque ya los iba a tirar a la papelera".

De él hay que destacar su genialidad y su creatividad. Cada disco era distinto del anterior, siempre aportaba algo nuevo. Trabajar con él era muy divertido, porque él era muy espontáneo y nunca sabías por donde iba a salir. Siempre decía que las actuaciones había que vivirlas con amor.

Con su muerte, el flamenco se ha quedado huérfano. Enrique Morente era el flamenco vivo más importante. Sólo hay que ver el legado que ha dejado.