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Los galeristas dan otra oportunidad a Ifema

Hoy puede llegar la paz en Arco si la institución acepta las nuevas condiciones

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La nieve del balcón invitaba a fumarse otro cigarrito en el baño de la quinta planta del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Tres galeristas ocupaban uno de los dos aseos. Con la puerta abierta uno remata agrio: "Nos la han vuelto a meter". Minutos antes el mismo salía de la sala de reuniones, con casi 70 personas, y se desabrochaba el cinturón de sus pantalones dando a entender lo que luego confirmaba en petit comité. Sin embargo, de todos los firmantes, 76 en total, menos de diez galeristas apoyaron la opción de dejar plantada a Ifema y no acudir a Arco.

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Un enfado con ironía que se repitió a lo largo de las cuatro horas de reunión y que se dejaba ver en el goteo de invitados a la asamblea camino de los aseos. "Es muy malo para el negocio. Cuanto menos sepa el público de estos problemas mejor", explicaba otro. Las declaraciones del presidente de Ifema, Luis Eduardo Cortés, habían calentado tanto el ambiente que ayer, por primera vez en la historia, el colectivo de galerías fue una piña para defenderse de los ataques que amenazaban la personalidad de la feria de arte más importante de este país. "Por primera vez nos hemos comportado como se comportan los del cine", dijo uno de los firmantes a la salida, sin querer dar su nombre.

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"Como a partir de ahora se salgan del tiesto, se van a enterar"

"Ya no confiamos en nadie. ¿Quién nos garantiza que ahora se tendrá en cuenta la opinión de las galerías si este señor nos ha menospreciado de esta manera?", dijo otro de ellos, que al instante se remitió al comunicado oficial que el comité mandó al consejo rector de Ifema a la espera de respuesta a primera hora de hoy.

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La mañana avanzaba y el volumen de los comentarios crecía, y al otro lado de la puerta se llegó a oír voces que pedían dimisiones. Quién sabe si se refería al propio Cortés, a Lourdes Fernández, la directora de Arco de la que no se sabe nada desde la rueda de prensa de la 29 edición y en la que quedó clara la falta de un proyecto que aclare la personalidad de una feria que va perdiendo galerías año tras año (en los últimos 3 años, 30).

"Por primera vez nos comportamos como los del cine", dijo uno de ellos

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La amenaza se hizo realidad hace dos semanas, cuando gracias a un cambio en los estatutos de Arco en 2008, la presidencia de Ifema ya podía saltarse el trabajo del comité asesor formado por los galeristas, que dicta quién participa y quién no. Y lo hizo. "El daño ya está hecho y es irreparable", apuntó molesto al término de la asamblea el galerista, y uno de los portavoces del comité asesor, Ángel Samblancat, que se refería al hecho de la pérdida de credibilidad de la feria con decisiones como la de incluir a galerías amigas a dedo.

Alguien lo resumía con una imagen muy gráfica: "¡Cómo se puede admitir Don Simón entre las barricas de Vega Sicilia!". "Es probable que la confianza de los coleccionistas se haya perdido", según Samblancat.

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"Esta es una labor de profesionales, no de comerciales que se dedican a vender metros de suelo en vez de calidad. Nosotros no ofrecemos cromitos", añadió brevemente este galerista mientras se colocaba su abrigo tres cuartos y su sombrero oscuro. Tenía prisa: habían quedado con el director general de Ifema Fermín Lucas y Lourdes Fernández en el Hotel Ritz, para aclarar los puntos que la asamblea aprobó por unanimidad.

Ahí van: restituir un solo comité, sólo debe haber una vía de acceso a Arco (el comité asesor) y, por supuesto, dicho comité sólo puede estar formado por galerías. Tal y como estaban trazados los estatutos en 2007, antes de la llegada de Luis Eduardo Cortés, quien ya advirtió en sus declaraciones que cambiaría el comité y lo montaría con un representante de Caja Madrid, otro de la Cámara de Comercio, uno del Ayuntamiento y uno de Ifema sin galeristas.

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Lo que iba a ser una rebelión acabó en acuerdo y buena voluntad, a la espera de que hoy el órgano rector de Ifema conteste favorablemente a las peticiones del sector. Al parecer, dos de las grandes galeristas madrileñas aplacaron las iras de los más jóvenes que tenían claro que el daño ya era suficiente como para negar la participación de las españolas. "Mejor la diplomacia, que la guerra. Esto no es política", templaban gaitas los más mayores como Alberto de Juan.

Además, las galerías ya han pagado la mitad de la inscripción y eso ayudó a que no se liará el motín. "Que se sepa, el stand más pequeño son 9.000 euros más IVA", saltó una de las invitadas puertas afuera, para quien la edición va a ser tan floja de ventas que no pueden perder esos miles ya invertidos. "Lo bueno de esta polémica es que Arco va a salir reforzado", el más esperanzador, Alberto de Juan.

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Sin embargo, uno de los portavoces del comité lanzó el aviso a Ifema: "Como a partir de ahora se salgan del tiesto, se van a enterar". De momento, acudirán a Arco 2010, pero 2011 está en el aire.

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