Este artículo se publicó hace 15 años.
La guerrilla urbana que trajo la independencia
En 1956, los argelinos lucharon contra Francia en las calles de Argel
Alí La Pointe espera, en su escondite, detrás de unos azulejos de la habitación de una casa de la casbah, en Argel. El Ejército francés está justo del otro lado, dispuesto a hacer volarlo todo por los aires si el último líder del Frente de Liberación Nacional (FLN) en la capital argelina no se rinde. Aquel 8 de octubre de 1957, los militares de la Francia colonial, con la muerte de Alí La Pointe en la explosión, dieron por zanjado el conflicto. Pero la llamada Batalla de Argel sólo era el principio de una guerra sucia, marcada por la tortura, que llevó a la independencia de Argelia en 1962.
La lucha del FLN por "restaurar el Estado argelino soberano, democrático y social" había empezado en 1954 y Argel se beneficiaba de cierta tranquilidad cuando, el 10 de agosto de 1956, un grupo paramilitar a favor de la Argelia francesa causa la muerte de más de 70 personas en un atentado en el corazón de la casbah; en el centro histórico de la capital argelina, donde vive la mayoría de la población autóctona.
Francia dio por terminada la Batalla de Argel con la muerte de su líder
Para los independistas, es el punto de partida de la guerra: los argelinos se manifiestan en las calles, aunque el FLN quiere vengarse. Uno de sus líderes acababa de ser guillotinado y, el 30 de septiembre, dos bombas estallan en el barrio europeo. Los atentados y los tiroteos se multiplican; el terror se instala entre los habitantes.
Frente a la situación creada, París decide recordar quién manda en las calles de Argelia. Tras la II Guerra Mundial la hora de las independencias ya ha sonado con Marruecos, Túnez e Indochina. Pero Argelia no es una colonia como las demás; el país árabe es un Departamento plenamente integrado al territorio de la República. Jacques Massu, general de Paracaidistas, recibe todos los poderes y desfila en las calles de Argel, el 7 de enero de 1957. Sus hombres toman la ciudad, sólo tienen una orden: restablecer la autoridad francesa.
Bajo el liderazgo de Larbi Ben MHidi, Yacef Saadi y Alí La Pointe, el FLN organiza la resistencia en toda la casbah. Gracias a un sistema piramidal, los miembros del FLN consiguen el respaldo de la población. Porque los argelinos no son ciudadanos de pleno derecho, sino súbditos, sin derecho cívico ninguno.
En contra de esta situación de discriminación, de pobreza se manifiesta el pueblo. Los militares franceses saben que la casbah se ha convertido en el cuartel general del FLN y, para impedir atentados en la parte europea de la ciudad, el caso antiguo es cerrado con alambre de espino.
Ben MHidi es detenido el 16 de febrero y ejecutado poco después. El Ejército francés desmantela buena parte del aparato del FLN en Argel. Cuando la organización llamó a una semana de huelga general, los militares abrieron por la fuerza las tiendas y detuvieron a los huelguistas. En Francia, intelectuales como Jean-Paul Sartre denuncian la tortura practicada durante los interrogatorios. Las autoridades callan y los atentados siguen, pero Saadi cae el 24 de septiembre. Bajo la tortura, un miembro del FLN denuncia a Alí La Pointe, quien fallece cuando una bomba hace explosión en su escondite.
Las fuerzas francesas dan por terminada la Batalla de Argel, aunque la lucha sigue en el campo y el 25 septiembre de 1962 nace la República argelina. Modelo de guerrilla urbana, la insurrección en la capital argelina inspiró la película La Batalla de Argel, de Gillo Pontecorvo, prohibida en Francia durante 40 años y proyectada por el Pentágono a sus marines antes de mandarlos a Irak.
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