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Heridas de carbón

'La mina', desde hoy hasta el domingo en la sala Cuarta Pared, recrea la dura vida de los mineros.

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'La Mina', de la compañía Producciones Bernardas

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MADRID.- En el concejo de San Martín del Rey Aurelio se encuentra el museo de la minería, uno de los más visitados de Asturias. El recinto lo forman dos enormes pabellones donde el visitante puede deleitarse con la historia de la extracción del carbón en España. Pero el verdadero atractivo del complejo se encuentra debajo de sus pies. A varios metros se sitúa la recreación de una auténtica mina, para los veteranos de este oficio, destellos de una dura vida pasada, sin embargo hace las delicias de los curiosos, que por momentos pueden vivir en primera persona la (falsa) experiencia de trabajar bajo tierra. ¿Cómo podían deslizarse por túneles tan estrechos? Se pregunta a menudo la comitiva que sigue las indicaciones del guía.

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La obra nació de la necesidad vital de Aldara Molero, directora, dramaturga y actriz junto a Juanje de los Ríos, de contar la historia que rodeó su vida desde su niñez. Su padre, al igual que su abuelo, fueron mineros en Andorra (Teruel). A su progenitor, de aquellos tiempos no le ha quedado secuela, ya que allí se extrae un tipo de carbón llamado lignito que no desprende grisú, un gas tóxico y silencioso que ahoga a quien lo inhala. Era común que los trabajadores se llevaran un canario enjaulado a la mina, si el pájaro moría se daba la voz de alarma y había que evacuar con rapidez los túneles.

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'La Mina', de la compañía Producciones Bernardas

El padre de Molero trabajó más de 25 años bajo tierra. No desarrolló ninguna enfermedad, sin embargo en su cuerpo aún conserva lo que la directora define como “marcas de guerra”, cicatrices de heridas que se han quedado negras porque cuando se crearon entró el carbón. Las raíces de este oficio están en cada uno de sus recuerdos. “Desde pequeña he vivido la minería muy de cerca. Me sorprendía mucho que los padres de otros niños se dedicaran a otra cosa que no fuera a extraer carbón, no me lo acababa de creer. Mi padre siempre venía con los ojos pintados y yo le preguntaba a mi madre porqué.”

Para escribir el guión iniciaron un largo proceso de investigación “al más puro estilo de Salvados, pero salvando las distancias”, asegura De los Ríos. Además de tirar de las historias familiares, durante meses entrevistaron a mineros, políticos y sindicalistas de Teruel. Después comenzaron el proceso de escritura, otro de laboratorio escénico y finalmente el estreno en Madrid, hoy. De esas conversaciones sacaron anécdotas que reflejan en la obra, entre ellas la de la madre de un minero que cuando su hijo empezó a trabajar ponía una vela en el salón de su casa y hasta que este no la llamaba y le decía que había llegado a casa no la apagaba.

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