Este artículo se publicó hace 13 años.
Hernán Casciari pierde la inocencia
El periodista argentino reflexiona sobre la primera etapa de la revista 'Orsai', una apuesta por el periodismo de calidad
Héctor Juanatey
Siempre que se acerca el fin de una etapa llega la hora de echar la vista atrás y valorar aciertos y errores. Sobre todo esto último, hacer autocrítica. El periodista y escritor Hernán Casciari lo sabe bien. A finales del año pasado, este argentino afincado en el pueblo catalán de Sant Celoni, quiso, aprovechando su entrada en los 40 años, dar un giro radical a su vida y "matar la crisis a volantazos". Abandonó sus colaboraciones en el diario español El País y el argentino La Nación, rompió grilletes con el mundo editorial de Mondadori y Plaza & Janés y se inmiscuyó de lleno en lo que él mismo llamó un "proyecto utópico": quería crear la revista "imposible". Sin las ataduras de la publicidad y los intermediarios. Sin límite de espacio para desarrollar temas periodísticos y literarios de calidad. Una revista "que den ganas de recibir por abajo de la puerta".
Hoy, unos cuantos meses más tarde y ya tres números de Orsai después, Casciari reconoce la inocencia del que tiene un sueño. La revista nació con los números contados: serían cuatro ejemplares, uno cada tres meses. Con la cuarta edición a pocos meses de salir de la imprenta, el periodista argentino ya se ve dispuesto a hacer cuentas con el pasado. “La revista no fue rentable”, asegura. “La hicimos con cierta ingenuidad y hemos cometido algunos errores que no quisimos cambiar por el compromiso que habíamos establecido con los lectores”.
Casciari se refiere sobre todo a fallos de logística. El principal y el que determinó desde el principio la poca rentabilidad del proyecto fue el peso de la revista. “Cada ejemplar pesa 10 gramos más de lo que pensábamos, por lo que se dispararon los costes”. No se trata, sin embargo, de un fracaso de modelo. Si bien requiere sus modificaciones, el periodista argentino está convencido de que Orsai llegará a ser rentable con esa ideología inicial que rechaza publicidad e intermediarios: “La ausencia de publicidad no es un capricho”, afirma tajante para añadir que, además, el lema de la revista —“nadie en el medio”— continúa vigente. “Se trata solo de un problema de logística”.
Menos páginas, más barata"La ausencia de publicidad no es un capricho", afirma Casciari
Para poder alcanzar esa rentabilidad, Casciari tiene en mente cambios. A partir del 1 de enero de 2012 —"bar mediante", asegura Casciari en la última entrada en su blog— la revista dejará de ser trimestral para salir cada dos meses, una “periodicidad más conveniente para que el lector tenga más ganas de que le llegue”. También será más barata. Si ahora costaba en torno a 16 euros —“quince periódicos”—, su precio se reducirá al coste de alrededor de diez diarios. Influye en eso la reducción de páginas: de 202 pasará a venderse con alrededor de 148 páginas.
¿Cambiará el espíritu de Orsai? No. “La apuesta por la calidad seguirá siendo la misma”, aunque sí retocarán ciertos matices. Si en un principio dejó claro que en la revista no escribiría más de una vez un mismo autor, ahora cree que es importante que puedan repetir. Adelanta además que, gracias al prestigio obtenido este año, cada nuevo número contará con un autor de renombre.
También le dará más espacio al humor. “Tengo la impresión de que nos ha quedado demasiado seria, demasiado solemne”, explica Casciari desde el otro lado del teléfono, en su casa en Sant Celoni a 40 minutos de Barcelona. Entiende que esa seriedad es consecuencia de la “poca experiencia”. De ahí que a partir de ahora vaya a apostar por algo más ligero: “las ilustraciones dejarán lugar al humor gráfico”.
De 202 pasará a venderse con alrededor de 148 páginas
Por la parte que le toca, apartará por un tiempo sus “gustos personales” y aceptará el trato con otros editores. “Utilizaremos un sistema más parecido al que se utiliza en las revistas norteamericanas”. ¿Es el fin de la utopía de Orsai? No exactamente. “Termina una utopía y ahora comenzamos otra diferente, con nuevas metas. Volveremos a plantearnos cuestiones imposibles”. Uno de los objetivos que ronda desde hace tiempo la cabeza de Casciari es conseguir una revista en castellano a nivel global que demuestre que se puede hacer algo muy bueno en una lengua diferente a la inglesa. “A ver si conseguimos que el castellano supere al inglés”, se plantea el periodista argentino.
Riesgo total¿Y cómo se financiará esta segunda etapa de Orsai? En la primera, Casciari puso sobre la mesa y directamente de su bolsillo el dinero necesario para esos primeros cuatro números. Ahora, “el riesgo es total”. Ya no pondrá más capital. Lo ideal sería financiar cada número con lo recaudado por el anterior. Según los datos que manejan, podrán vender unos 7.000 u 8.000 ejemplares de cada número, lo suficiente para publicar el siguiente y así una y otra vez. “Algo muy feo tendría que pasar para perder ese techo de lectores”, señala.
Por lo pronto, y a la espera del comienzo de una nueva utopía no solo periodística, sino también literaria, los cuatro primeros números de Orsai, esos “cuatro pedazo de ladrillos” que dice Casciari, serán siempre el inicio de una apuesta por un periodismo de calidad. Material de coleccionista.
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