Este artículo se publicó hace 14 años.
Los hijos de Michael Jackson: "Papá era el mejor cocinero del mundo"
Prince, Paris y Blanket conceden la primera entrevista desde que el rey del pop muriera hace año y medio
Los tres hijos de Michael Jackson han hablado a poco más de un año y medio de la repentina muerte de su padre. Lo han hecho en el popular programa de Oprah Winfrey, aunque fuera del tradicional estudio de grabación. Para dotar a la entrevista de un entorno más familiar, la presentadora charló con los pequeños en el jardín situado en la parte de atrás de la casa donde viven.
Prince, Paris y Blanket evocan la figura del rey del pop, aunque desde el lado más personal. "Nadie entendió lo buen padre que fue, fue el mejor del mundo", comenta Paris, de 12 años.
"Era el mejor cocinero del mundo... era sólo un padre normal", abunda para revelar que la especialidad del artista en la cocina eran las tostadas francesas. Prince, de 13 años, evoca los mejores momentos que pasó junto a su padre. Fue en la época en la que vivió en Bahrein, en el golfo pérsico, donde "solíamos despertarnos temprano y paseábamos por la playa". Para el camino iban bien pertrechados: su padre les llevaba Coca-Cola, barras de chocolate y Lacasitos.
El menor de los hijos de Jackson es el menos hablador. Blanket, de 8 años, confiesa que mientras su hermano mayor podía "hacer cualquier cosa" con el rey del pop, él no podía.
Preguntados por Winfrey qué es lo que más añoran de su padre, Paris se muestra tajante: "Todo".
"Tenía la nariz como un palillo de dientes"
Dejando atrás el pasado, los pequeños desvelan qué quieren ser de mayor: Paris actriz, Prince producir y dirigir películas.
Para llegar a cumplir sus deseos deberán, para empezar, superar sus estudios. Prince y Paris se han adaptado bien a la escuela privada, mientras que Blanket todavía estudia en casa.
Los pequeños viven con su abuela Katherine Jackson, que se ocupa de ellos desde la muerte de Jackson, en junio de 2009, y que también habló para la entrevista. Su principal preocupación respecto a su hijo fue su adicción a las operaciones de cirugía estética. Su desasosiego llego al punto de pedir al médico del cantante que, si en alguna ocasión reclamaba un nuevo retoque, simulara que lo llevase a cabo aunque en realidad no tocase nada. "Tenía la nariz como un palillo de dientes", lamenta respecto al cada vez menor tamaño de la 'protuberancia'.
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