Este artículo se publicó hace 17 años.
Holocausto, un boom para las editoriales
Las grandes casas apuestan por la temática del exterminio nazi
El Tercer Reich es una de las nuevas apuestas de las editoriales. Argumentos que se adentran en las endebles casetas de los campos de concentración para registrar la miseria judía de los años de la exterminación. Y así, al estilo del gran novelón con rasgos históricos en el que ya han caído otras épocas como la Edad Media, llegar al gran público.
¿Ejemplos recientes? Las benevolentes, del norteamericano Jonathan Litell, que será publicado en pocos meses por RBA, La ladrona de libros, de Markus Zusak, editado ya por Lumen o el superventas El niño del pijama de rayas, del irlandés John Boyne, publicado en Salamandra. Y todos los que quedan por venir.Según el editor de Alba, Luis Magrinyà, "esto es una muestra del gran oportunismo editorial que hay ahora mismo con el tema del Holocausto. Creo que es una temática en expansión".
Textos de la época
Para el editor sería mucho más importante recuperar textos escritos durante los años del exterminio. "Todavía quedan muchos textos por descubrir de los años del KZ", sostiene. De hecho, además de Alba, otras editoriales como Acantilado o Libros del Asteroide apuestan por rescatar la literatura "escrita en caliente" sobre la exterminación y sus efectos. Así, entre los textos redescubiertos destacan La hierba amarga, de Marga Minco, y Una mujer en Birkenau, de Seweryna Smaglewska. Todo ello sin olvidar la publicación hace apenas cinco años de Sin destino, el libro que dio a conocer en España al posteriormente galardonado con el Nobel, Imre Kertesz, y que narra en tono testimonial cómo el propio escritor sobrevivió al nazismo.
¿La recuperación de textos de aquellos años significa que lo que se escriba ahora en ficción no es válido para reflejar el Holocausto? Tampoco. Según la profesora de la Universidad de Granada, Sultana Swahnon, experta en estos textos, "en la actualidad hay autores que lo han hecho bien. Por ejemplo, Martin Amis con La flecha del tiempo o Juana Salabert, con Velódromo de invierno". El problema, tal y como lo concibe Luis Magrinyà, es caer en el "sentimiento interpretado".
Distancia o emoción
Ese es el peligro que desnaturalizaría el verdadero sentimiento de una literatura salida de la barbarie y no el debate que siempre se ha establecido hasta ahora: ¿el Holocausto se debe contar con distancia o con emoción? "Se dice que los textos escritos ahora por personas que vivieron el Holocausto son menos melodramáticos, como los de Kertesz, pero en realidad esto sucedió desde el principio. Ahí están los cuentos de Borowski", explica Magrinyà.
Para la profesora Swahnon, en realidad, el melodramatismo sentimentaloide ha llegado más por determinado cine que por la literatura: "Películas como La lista de Schindler son las que nos han dado esa imagen lacrimógena".
Pero al parecer los caminos de las grandes empresas editoriales van por otro lado. "Es curioso, ya que hace años en España se decía que la literatura del Holocausto no vendía. Que con el Diario de Ana Frank teníamos suficiente. Debe de ser que como ahora ya nos consideramos europeos, es un tema que nos interesa", zanja Magrinyà.
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