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La huella de Galdós pervive entre los autores más leídos cien años después

Olvidado durante décadas en nuestro país, la obra del escritor grancanario (1843-1920) es reverenciada en la actualidad por algunos de nuestros escritores más importantes.

Dos operarios con guantes transportando el conocido retrato que Joaquín Sorolla pintó de Benito Pérez Galdós.- EFE

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Almudena Grandes, Chirbes, Aramburu, Cercas, Trapiello, Isaac Rosa o Belén Gopegui son contadores de historias que retratan el presente o episodios de nuestra memoria histórica que recuerdan a la novela del XIX, la que cultivó Benito Pérez Galdós, de cuya muerte se cumplen cien años este sábado.

Comparado con los grandes del Siglo de Oro, Cervantes, Calderón o Lope, el escritor grancanario (1843-1920) ha sido durante décadas uno de los olvidados de la literatura española, hasta el punto de que durante un tiempo no aparecía en el currículo escolar o su obra era relegada a esas materias que el fin de curso castiga al olvido.

Germán Gullón, catedrático de Literatura Española en universidades de EEUU, Holanda y España y uno de los mayores expertos en la obra galdosiana, asegura que la forma en la que se ha transmitido a la narrativa actual ha sido "un tanto extraña".

A su juicio, en España "no ha habido una transición cultural, como sí la hubo política, y Galdós fue entrando a través de autores individuales y no de una forma general”. Aun así, unos cuantos escritores se declaran galdosianos o practican una manera de contar sus historias que evoca a la del autor de Fortunata y Jacinta.

Comisario junto con Marta Sanz de la exposición que la Biblioteca Nacional dedica en estos momentos a Galdós con motivo del centenario de su muerte, Germán Gullón sostiene que la huella del escritor canario en los autores actuales es "muy poquita". "No creo que haya ninguno del que se pueda decir que es galdosiano total”, apunta.

Rafael Chirbes

Este crítico literario pone nombre al autor de la literatura actual más galdosiano: Rafael Chirbes. El escritor valenciano, que falleció en 2015 a los 66 años, llegó a reconocer que la relectura de la cuarta serie de los Episodios Nacionales le acompañó mientras escribía En la orilla.

"Como novelista, Rafael Chirbes tenía algo que era lo mismo que quería Galdós y era contar una historia bien contada, y eso iba en contra de la tendencia", asegura.

La larga marcha y La caída de Madrid son dos novelas de Chirbes muy galdosianas en las que el lector se percata de que está ante un novelista que iba por un camino paralelo al que seguía la novela considerada en España como más literaria, aquella que cultivaba Juan Benet. En resumen, "una novela literaria frente a otra que quería contar una historia bien contada", explica Gullón.

Frente a un Flaubert, que se pasaba tres días buscando una frase bonita, Galdós lograba en ese tiempo hacer cuatro capítulos que marchaban como un tren y llegaban al lector y "en esto coincide con Chirbes, un autor que llega al lector", sentencia Gullón.

Don Benito escribió decenas de novelas, entre ellas, los Episodios Nacionales, una serie de 46 títulos que abarca los principales acontecimientos históricos del XIX, desde la Guerra de la Independencia española hasta la Restauración borbónica.

Almudena Grandes

Almudena Grandes ha sido, tal vez, la que más ha asumido el manto de la influencia de Galdós. Lo descubrió de adolescente, mientras leía en casa de su abuelo, y ahora siente que el canario es parte de su ser.

En 2010, inició con Inés y la alegría un ciclo de seis obras independientes sobre la resistencia antifranquista en los que noveliza aspectos de la posguerra, inéditos o mal conocidos. Los Episodios de una guerra interminable de Grandes son un homenaje y siguen, en cierta manera, los patrones de los Episodios de Galdós.

El profesor de Literatura Comparada de la Texas A&M University, Stephen Miller, participó en 2017 en el Congreso Internacional Galdosiano, en Gran Canaria, con una ponencia donde hablaba de las resonancias de Galdós en un grupo de autores que cultivan la novela histórica de la España contemporánea y citan al escritor grancanario como inspiración y modelo.

El estadounidense aportó un censo que, además de Chirbes y Almudena Grandes, incluye a Javier Cercas, Fernando Aramburu e Ignacio Martínez de Pisón.

Fernando Aramburu

Aramburu se encuentra estos días en pleno encierro creativo, aun así, saca unos minutos para recordar cómo de joven fue "hostil" a la literatura de Galdós. "Al sentirla tan apegada a la vida, a los usos cotidianos de la gente común, no me parecía arte", reconoce.

Su actitud la define como "una bobada" de la que, tardó "más de la cuenta" en curarse, "por desgracia". "De haberme madurado con anterioridad, Galdós habría sido un autor decisivo en los arranques de mi carrera literaria", asegura.

De hecho, el autor de Patria, uno de los mayores éxitos de la literatura de la última década en España, no se siente un escritor galdosiano: "La fidelidad admirativa que guardo a Galdós es más bien de lector. No tiene mucho que ver con la técnica literaria ni con el mundo que él describió, que por razones de edad no es obviamente el mío, aunque me da gusto acercarme a él".

Aun así, comparte la relación que la crítica ha encontrado entre los Episodios y Patria. "Esa relación, en efecto, se da en la medida en que yo también situé unas figuras de ficción en un contexto geográfico e histórico definido, anterior a la literatura y de conocimiento colectivo", explica.

Germán Gullón incorpora a Andrés Trapiello y Antonio Muñoz Molina en el censo de autores en los que se puede hurgar cierta huella galdosiana, aunque insiste en que ninguno es "galdosiano total".

Gil, Gopegui, Sanz

El escritor grancanario Santiago Gil publicó en 2019 El gran amor de Galdós, una novela donde cuenta un episodio de la vida del escritor, su primer amor con una prima suya cubana, María Josefa Washington Galdós Tate, conocida por Sisita.

Esa novela, dice Gullón, es "la única que conozco realmente como galdosiana, no sólo contaba este primer amor, sino que, además, trata de recrear el ambiente que había en Canarias y en Madrid en la época, es una prolongación muy emotiva y literaria de Galdós".

Tras la crisis económica, se pone en vigencia la narrativa que practicaba Galdós, un tipo de novela social con una historia que va a atraer a los lectores y que tiene su punto de partida en la necesidad de escribir sobre los problemas del momento: desahucios, despidos, burbuja inmobiliaria...

Germán Gullón cita a autores como Belén Gopegui, Marta Sanz o Isaac Rosa que, no son Galdós, pero frecuentan una novela realista y social como la que él practicaba. "En la tradición galdosiana hay una historia y también una novedad formal y eso lo tienen ellos tres", defiende.

La maquinaria del reloj

Rafael Reig se reúne cada mes en su pueblo, Cercedilla (Madrid), junto a un grupo de vecinos para leer un Episodio Nacional. El autor de Manual de literatura para caníbales reconoce cómo Galdós ha influido “mucho" en su "concepción de la novela, que mezcla los géneros populares y a la vez es realista, con una visión poliédrica de la realidad”.

No oculta también su influencia como persona: "Para mí, es como un tío mayor que me ha ido guiando en todo, está permanentemente en mi memoria y en mi corazón”.

"Galdós está vivo y me alegro de que, cada vez se hable más de él", proclama Rafael Reig, que opina que la obra del escritor grancanario ha pasado una especie de purgatorio, donde "algunos han demostrado lo malos lectores que eran no entendiendo lo que quería hacer Galdós y pensando que era una simple novela costumbrista”.

"Nada más lejos de la realidad, Galdós decía que la realidad es como un reloj, donde lo importante no son las manecillas que vemos y se mueven, sino la maquinaria interna" y lo que él hace es "desentrañar la maquinaria interna del sistema social", concluye.

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