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“En Irán un divorcio es como hacer la devolución de la mujer”

Matrimonios temporales

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‘Nahid’, de Ida Panahandeh

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MADRID.- Mientras los empresarios y gobiernos europeos y estadounidenses se frotan las manos pensando en los acuerdos de miles de millones que van a firmar con los ahora bienvenidos empresarios iraníes, en el país ‘amigo’ que preside Hassan Rouhani hay 160 menores en el corredor de la muerte. De ellos, las que peor parte se llevan son las niñas.

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Aquí, la actriz es Nahid, una mujer joven, divorciada y madre de un niño de diez años insolente y rebelde. Su ex marido, un drogadicto enredado en deudas con las mafias, aceptó dejarle a ella la custodia a cambio de que no volviera a casarse nunca. Pero Nahid está enamorada y quiere rehacer su vida.

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Matrimonios temporales

Un trabajo mal retribuido con el que no llega a cubrir los gastos esenciales. No puede ni pagar el alquiler de la pequeña casa en la que vive. La tensión que sufre al tener que cumplir constantemente con las ‘normas de la decencia’ que impone la ley islámica. Y, sobre todo, el miedo a perder a su hijo, no hacen nada fácil la vida de Nahid. Sin embargo, ella no se rinde y, decide arriesgar y probar una oportunidad legal, la de los matrimonios temporales.

La cineasta Ida Panahandeh

En Irán una pareja puede casarse temporalmente. Es una medida consentida, permitida, aunque muy mal vista en el caso de las mujeres que la utilizan. Y es un apunte más en el retrato que hace esta joven cineasta de la sociedad de su país y de la situación que viven las mujeres en él.

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Violencia contra la mujer

No es el único caso en el que la mujer está en clara desventaja respecto de los hombres en Irán. El reciente llamamiento del presidente Rouhani a la igualdad de género, realizado en una conferencia para mujeres en Teherán –“puede que no representemos posturas feministas, pero tampoco de la Edad de Piedra”-, recuerda al cinismo de Franco jurando a la comunidad internacional que en España no había presos políticos.

La realidad de la mujer en Irán está muy lejos de ninguna igualdad. Aunque el 65% del total de la población universitaria son mujeres, hay muchas carreras que están vedadas para ellas. Sus derechos son inferiores a los de los hombres en cuestiones como el matrimonio, el divorcio, la custodia de los hijos o las herencias. No pueden realizar algunos trabajos y están mucho peor retribuidas que los hombres. Está prohibido que acudan a estadios deportivos, deben observar un código muy estricto con su vestimenta y no se las permite manifestarse.

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La revolución silenciosa

Mujeres jóvenes iraníes han iniciado desde dentro de Irán su propia revolución. 'My Stealthy Freedom' (Mi libertad silenciosa) es el lema de una campaña lanzada hace un año y medio en Facebook y con la que se reivindica el derecho de la mujer a elegir si llevar el velo o no.

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