El islandés Ottar Martin acaba de publicar La cruz solar (Duomo), un thriller en el que relaciona la mitología islandesa y el nazismo. El escritor, que vive en España desde hace años, afirma sentirse entusiasmado con el movimiento crítico en su país tras la crisis económica, y también con el 15-M.

En España conocemos al islandés Arnaldur Indridason. ¿Por qué esta tradición de la novela negra en los últimos años?

Cuando Indridason empezó a publicar a mediados de los noventa, nadie leía sus libros. Todos decían que lo que contaba con tanto crimen y violencia no podía ser real. Pero en los últimos diez años Islandia ha cambiado mucho y ahora tenemos problemas que no teníamos en los nvoenta. Y creo que los islandeses que están leyendo estos libros ahora les da igual si los libros son reales o no.

En su novela trata la relación de los islandeses con los nazis. Es curioso porque apenas se sabe nada de este episodio.

Hubo episodios extraños. De hecho, los islandeses fueron los únicos, junto a los alemanes, que utilizaron el saludo 'heil Hitler' en los Juegos Olímpicos de 1936. Y de esto nadie está hablando. En Islandia tenemos problemas de xenofobia, de racismo, pero nadie habla, aunque sí hay gente que quiere abrir aquellos episodios.

En 2008 se rompió definitivamente el mito islandés.

En 2007, Islandia era una locura. Nos creíamos los mejores del mundo. Pero en una semana todo eso se acabó. En septiembre de 2008 todo era bueno y un mes después todo cambió. La primera reacción fue el shock. Después llegó el enfado, y al final, cierta resignación.

Pero Islandia decidió no pagar a los bancos. E incluso cayó el gobierno.

Sí, durante 18 años hubo un gobierno de derechas y ahora hay uno de izquierda. Pero este referéndum sobre los bancos, en realidad, creo que fue más simbólico que real. Y lo que significa es que la gente normal ya no va a acatar todo. Por eso espero, que al igual que ha ocurrido en España con el 15-M, en otros países ocurra algo similar.

¿Cómo reaccionó el mundo de la cultura islandesa cuando llegó la crisis?

Cuando llegó sí reaccionaron, pero antes, nadie habló de la locura. Muchos de ellos además trabajaban en un edificio pagado por un banco.