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J.J. Abrams y Stephen King unen sus fuerzas para salvar a JFK

Ciencia ficción, misterio y también humor

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James Franco es Jake Epping en '22.11.63', la adaptación televisiva de la novela de Stephen King

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MADRID.- Una de las reglas básicas que debe conocer y seguir a rajatabla todo viajero en el tiempo es que no conviene alterar el pasado. Tiene que ver con el cacareado efecto mariposa que promete que la más mínima alteración puede desembocar en el caos más absoluto. Bueno, pues en 22.11.63, la nueva serie producida por J.J. Abrams y basada en la novela homónima de Stephen King, James Franco y Chris Cooper se saltan esto a la torera y hacen lo posible para salvar a John Fitzgerald Kennedy. Su razonamiento: que el mundo sería mejor con él vivo y acontecimientos como la Guerra de Vietnam no se habrían producido.

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La forma de viajar es sencilla. Basta con cruzar un armario situado en la trastienda del local para aparecer en el mismo lugar, pero en 1960, tres años antes del asesinato del Kennedy a manos, teóricamente, de Lee Harvey Oswald (Daniel Webber). Solo hay un ‘pero’. Una vez que se cruza la puerta de vuelta el tiempo se reinicia y el contador se pone a cero. Es decir, que el armario conecta siempre con los dos mismos puntos en la línea temporal, tanto del pasado como del presente. Si quien viaja regresa al restaurante, por mucho tiempo que haya pasado al otro lado, en el presente solo habrán transcurrido dos minutos. Y si vuelve a cruzar a 1960, nada de lo que ocurriese en su anterior visita habrá pasado porque se empieza de cero.

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Los dos primeros capítulos –que serán emitidos esta noche a partir de las 22.30 horas en FOX– prometen no defraudar a los seguidores del género y de las historias de Stephen King adaptadas al cine y la televisión

Los dos primeros capítulos –que serán emitidos esta noche a partir de las 22.30 horas en FOX– prometen no defraudar a los seguidores del género y de las historias de King adaptadas al cine y la televisión. Tras un primer episodio en el que se presenta a los pocos personajes que entran en juego, los dos escenarios (pasado y presente) y las líneas por las que caminará la acción, el segundo se centra más en la acción propiamente dicha. Se mueve con un ritmo vivo, pero no demasiado rápido –hay mucha información histórica que procesar–, y cuenta con mucho de impedimentos y sucesos extraños que complicarán la misión de un James Franco entregado a la causa tras muchas dudas.

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Ciencia ficción, misterio y también humor

La historia, potente, ya es de por sí atrayente. Pero, además, incluye ese componente teórico-conspiratorio que promete explotar la serie. Ese en el que no se da por del todo cierto que Harvey Lee Oswald fuese el único responsable de la muerte de JFK propiciando recursos tan de género como reuniones secretas, el seguimiento a Oswald y sus supuestos cómplices… Todo muy policíaco pero teniendo en cuenta que el protagonista no es un agente de la ley, sino un profesor.

Los dos primeros capítulos sirven para tejer esa tela de araña en la que enredar al espectador, con guiños especiales para los seguidores de Stephen King

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Los dos primeros capítulos sirven para tejer esa tela de araña en la que enredar al espectador, con guiños especiales para los seguidores de Stephen King, una ambientación sobresaliente y mucha información para poner al día a todo aquel que a estas alturas no esté familiarizado con el caso. No hace falta ser ningún experto en la historia estadounidense ni en el asesinato de Kennedy para entender de qué va todo. No solo está bien narrado, sino que lo hacen de forma didáctica, con el personaje de Cooper adiestrando al de Franco.

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