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Jóvenes y sobradamente cómicos

Pagafantas puede ser el próximo fenómeno en taquilla de inspiración adolescente y presupuesto reducido

SARA BRITO

Dan las campanadas del medio año, y en el vistazo de rigor a los primeros seis meses de la renqueante taquilla española sólo dos títulos merecen la medalla de fenómeno: Fuga de cerebros lidera la lista de las películas españolas más vistas y es la única que ha sobrepasado con holgura el millón de espectadores.

Mentiras y gordas no se queda demasiado atrás. Ambas importan el talento de la televisión y beben directamente de la comedia de adolescentes americana, que anda viviendo en Estados Unidos una ola de renovación de la mano de Jud Apatow y del reciente éxito de Resacón en Las Vegas (The Hangover), de Todd Phillips).

Pagafantas, el debut en el largometraje del conocido cortometrajista Borja Cobeaga, llega este viernes decidida a ser la siguiente comedia de influencia teenager que engatuse al público. 'Lo que ha demostrado Fuga de cerebros y Mentiras y gordas es que hay un público joven, ansioso de ver gente como ellos en pantalla', comenta el director vasco.

Pero su comedia amarga sobre un chaval enamorado de una chica que sólo le considera su amigo léase Pagafantas no juega en el mismo terreno que Fuga de cerebros, por mucho que comparta con ella el ADN televisivo y el hecho de que ambas son películas de presupuesto bajo (ninguna pasa de los 4 millones de euros).

De entrada, en Pagafantas no hay torsos desnudos y sudorosos, ni caras que copen las revistas juveniles. Cobeaga no puede jugar a la baza del fenómeno fan, como lo hicieron sus predecesores. Su público objetivo está, más bien, en la horquilla que va de los 25 a los 35 años y no en los adolescentes que, según un informe reciente de EGEDA, son los que más acuden al cine en España.

'Mi película es más bien de pijamas rosas', dice entre risas quien ha definido su ópera prima como una mezcla entre Aki Kaurismäki y American Pie. A su favor está, en cambio, la empatía. 'Es muy realista, todos conocemos o hemos vivido algún caso de pagafantismo', dice. ¿Quién no ha estado enamorado de la chica/o que no le hace caso, que ve en él/ella sólo a un amigo sin ningún peligro sexual?

'Este es un filme que no sólo pasa en la pantalla, sino que se complementa con las vivencias de cada espectador', asegura Cobeaga, consumado seguidor del humor de lo patético y de la vergüenza ajena de series como The office o Extras.

Curtido precisamente en las entrañas del tubo catódico, donde dirigió el espacio de humor Vaya semanita en ETB, Cobeaga es de los que mantiene que mientras 'el cine español ha tenido problemas con la recaudación, la tele estaba madurando'. En efecto, algunos de los que han contribuido a esa madurez desde la trinchera del humor están en su película.

Ernesto Sevilla y Julián López, de Muchacha Nui, acompañan al pringado protagonista de Pagafantas, Gorka Otxoa (también animal televisivo), en sus desventuras a los límites del amor propio. 'Los que venimos de la tele tenemos en común una cierta sensibilidad en la conexión con el público, la inmediatez y cierto descaro hacia lo que el cine debe ser', admite Cobeaga.

Ahora bien, a diferencia de las mencionadas, Pagafantas sí cuenta con el apoyo de la crítica, que le entregó su premio en el pasado Festival de Málaga. El punto amargo de esta comedia, su combinación de crueldad y ternura y un considerable esfuerzo rítmico y de dirección la distinguen de otras comedias más complacientes que han copado los primeros puestos de recaudación.

¿Vivimos una renovación de la comedia española? 'Sí, pero sin distinguir el medio. Puede ser un vídeo de Youtube, un programa o una película. La característica es llevar la broma privada al público, y eso lo han hecho los de Muchachada y lo hemos intentado hacer el guionista Diego San José y yo en Pagafantas'.

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