Segunda jornada en el curso sobre el golpe de Estado militar, segundo día de duras críticas contra el Diccionario Biográfico Español de la RAH, en las conferencias de verano de la Universidad Complutense dedicadas a la Guerra Civil. Julio Aróstegui, catedrático emérito de Historia Contemporánea en la UCM, mostraba ayer sus profundas desavenencias con esta obra, tras su intervención. Aróstegui también reclamó mayor control de los más de seis millones de euros invertidos y consideró negligente la falta de responsabilidad mostrada por el Gobierno: '¿Por qué a la Academia no se le pueden pedir explicaciones, porque es un organismo autónomo?', señaló el historiador, apuntando directamente a las responsabilidades del Ministerio de Educación.

Hasta el momento, nadie había planteado las consecuencias internacionales de un proyecto como este, pero el profesor apuntó que el prestigio cultural español queda reducido a su mínima expresión con su difusión internacional, si llegara a realizarse. 'Lo que más me preocupa es que este diccionario terminará en algunas de las universidades de EEUU, de Latinoamérica. Los expertos allí se preguntarán cómo es capaz España de producir esto.

Frente a las soluciones planteadas por Juan Pablo Fusi (único historiador independiente incluido en el comité de rectificación del diccionario), Julio Aróstegui opina como Santos Juliá y Ángel Viñas, que el desarrollo de un suplemento con rectificaciones 'es una completa chapuza'. '¿Un diccionario y un anexo diciendo que hay algunos errores? Fusi está dispuesto a aceptar una chapuza, eso es inaceptable', señaló.

El catedrático destaca la actitud revisionista que se filtró en el diccionario, que lastima los principios historiográficos que la propia obra dice defender. 'El franquismo produjo muchas más víctimas que la República, algo que no niegan ni ellos mismos: se le pueden imputar 150.000 muertos. Porque, además, no terminó en 1939, continuó. A la República se le pueden imputar más de 50.000', legitimó el historiador.