Este artículo se publicó hace 15 años.
Cuatro escritores y un destino
Atxaga, Vila-Matas, Javier Calvo y Santiago Rocangliolo charlaron en Nueva York sobre literatura e identidad
¿De dónde es un escritor? ¿A qué mundo pertenece? ¿Al país que forman todos los libros que ha leído o al país en el que nació? El laberíntico tema de la identidad separó -por generaciones- a Bernardo Atxaga, Enrique Vila-Matas, Javier Calvo y Santiago Rocangliolo.
Los cuatro se reunieron ayer en el Instituto Cervantes de Nueva York dentro del festival Voces del Mundo organizado por el club PEN. La idea era charlar de las nuevas tendencias de la literatura en español, pero poco se habló al respecto. Algo más sobre la identidad del escritor. Calvo, catalán que se mueve entre Barcelona y Brooklyn, y Rocangliolo, nacido en Lima pero afincado en Barcelona, comparten generación (ambos nacieron a comienzos de los 70) y la idea de que la identidad es cada vez más borrosa, que las fronteras se han difuminado y que el sitio dónde uno ha nacido ya no condiciona su literatura.
La procedencia como marcaAlgo que queda claro al comparar a los escritores latinoamericanos de los 90 en adelante con los españoles, con los que comparten códigos. “Autores como Bolaño o Fresán se alejan de la hispanidad, son universales”, apuntó Calvo. Atxaga cargó contra esa idea. Y si bien reconoció que el escritor viene definido por “la biblioteca de su pueblo, por todos los libros que ha leído”, no puede abstraerse de la “determinación política y social” del lugar de nacimiento que, en muchos casos, marca su obra a fuego.
El escritor vasco defendió la literatura en euskera, la cultura en cualquier lengua frente al dominio absoluto del inglés, no sólo en las letras, si no en la música o el cine. “La lucha por hacerse un hueco en el mapa se va a volver muy enconada”.
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