Este artículo se publicó hace 17 años.
La literatura más actual está en las fronteras
La confluencia de culturas y géneros marcan los nuevos caminos
Las fronteras son siempre terrenos propicios para la profusión de ideas y estilos. Es el lugar de la mezcla, donde nada es puro y cristalino. Y mucho menos extremista. Es, por tanto, una tierra perfecta para crear buena literatura. Letras que no sean ni de un sitio ni de otro. Diferentes, y además, arriesgadas en su temática.
Una de las fronteras geográficas que está resultando más jugosa es la que se encuentra entre la ciudad norteamericana de San Diego y Tijuana, ya en México. En la actualidad, es en esa franja del noroeste mexicano donde están surgiendo nuevas voces que, como resume la escritora Cristina Rivera Garza, presente en el pasado festival Vivamérica, "están demostrando que existen otras realidades mucho más apremiantes a las que estábamos acostumbrados a leer y escuchar en México. Están consiguiendo una descentralización cultural".
Estas nuevas voces de las que habla Rivera Garza son, además de ella misma, Ruth Vargas Leyva, Dolores Dorantes, , Rosaura Barahona, David Toscana y Elmer Mendoza. Por supuesto, no se puede olvidar la labor de Roberto Bolaño con Los detectives salvajes.
No es casual, por otro lado, que haya un número interesante de mujeres que escriben en y sobre la frontera chicana. "Es un lugar que está marcado por una realidad que atañe mucho a la mujer y son los feminicidios de Ciudad Juárez. Esto llega a la literatura", explica Cristina Rivera Garza.
Confluencia balcánica
También es posible encontrar esta ‘literatura de fronteras' en otro de esos lugares calientes de la tierra: los Balcanes y sus lindes. Como recuerda el blog de Letra Clara, uno de los autores que mejor se maneja en este ambiente es el alemán Veit Heinichen, quien ha situado su serie de novelas negras en la ciudad italiana de Trieste, al borde del estado de Eslovenia.
Estas historias, publicadas por Siruela (La larga sombra de la muerte), gozan de una característica especial y es la mezcla de culturas que aderezan sus páginas. Es decir, no son novelas arquetípicas con el consabido detective, sino que son una muestra de esa confluencia histórica y cultural entre los países balcánicos y otros fronterizos como Rumanía o Bulgaria. Como el propio Heinichen ha resumido alguna vez: "Mi intención es plasmar en esa frontera los últimos 50 años de Europa".
Por último, existe otro tipo de literatura fronteriza que cada vez cobra más relevancia entre los escritores de hoy (Bolaño también estuvo al frente): la mezcla de géneros. El paso de lo poético a lo novelesco sin intermedios. Para la mexicana Cristina Rivera Garza, esto es casi más relevante que la mera frontera física: "Gertrude Stein dijo que el reto de todo escritor es plasmar lo universal en lo contemporáneo. Y la mejor forma de hacerlo hoy es con la búsqueda entre los géneros".
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