Este artículo se publicó hace 4 años.
Mafalda no cree en el amor (romántico)
Se cumplen 50 años desde que la niña rebelde de Quino aterrizara en España. Un libro recopila alguna de sus historietas más reconocidas con el amor y sus derivadas como protagonista.
Madrid-
El choque siempre termina produciéndose. Mafalda contra el mundo nos deja, además de una sonrisa, la intuición de que vivimos en un sinsentido. Quino, su artífice, sitúa a la joven Mafalda en constante pugna contra lo establecido. Siempre pierde, pero de esa derrota Mafalda no salimos iguales. Se cumplen 50 años de esa mirada rebelde e ingeniosa, medio siglo de desajustes supuestamente infantiles que nos ponen (a los supuestos adultos) frente a un espejo.
Para celebrar el medio siglo de la niña inconformista y su pandilla, Lumen publica El amor según Mafalda, una selección de tiras en las que se habla mucho de amistad, compasión, empatía y solidaridad, de amor al prójimo, amor propio y amor a las pequeñas cosas de la vida: la radio, los Beatles, el Pájaro Loco, los caramelos, las historias de cowboys, los libros o Brigitte Bardot.
¿Qué es el amor? Mafalda no responde la pregunta de marras. Tampoco la elude. A su manera, o a la manera de Quino, Mafalda demuestra qué es o qué debería ser el amor. Algo que tiene que ver más con la amistad, la confianza o el respeto mutuo que con las melindrosas postales hollywoodienses ricas en tortolismo. Mafalda se apea de todo eso, en su búsqueda encuentra compañerismo y ternura, y nunca lo hace sola, siempre están ahí sus acólitos dispuestos a sacarle de quicio o regalarle un abrazo.
El amor es Mafalda interesándose por la paz, el progreso y el conocimiento. Es Felipe refugiándose en las historietas, o fingiendo que con el disfraz del Llanero Solitario podrá resolver todos sus miedos. Es Manolito cuando acaricia la hucha en la que se esconden sus monedas, pero también sus sueños de futuro.
El amor según Mafalda es, en palabras de Lola Martínez, editora en Lumen, es "una guía de comportamiento ante las injusticias del mundo. Porque lo importante del amor no es ya el romanticismo de colores pálidos, sino la capacidad de contenernos, el trabajo de la amistad más atenta y, por último, el cuidado de los nuestros pero también del amplio mundo que habitamos para que siga siendo habitable en el futuro. Por eso, cuando hablamos del amor según Mafalda, de lo que estamos hablando en realidad es de la esperanza de un mundo mejor".
Un mundo al que plantar cara con una ingenuidad desarmante como la de Mafalda. Y es así, partiendo de cero, tratando a tientas de saber qué pensamos sobre las cosas, como nuestra joven filósofa se aproxima a lo real. "Una niña que intenta resolver el dilema de quiénes son los buenos y quiénes los malos en este mundo", decía Quino de su personaje más reconocido.
Umberto Eco, primer editor de Mafalda en Europa, dijo en el prólogo que escribió en 1969 a la primera edición en italiano que esta niña no era solo un personaje de historieta más, sino que era el personaje de los años setenta. «Mafalda vive en una relación dialéctica continua con el mundo adulto que ella no estima ni respeta, al cual se opone, ridiculiza y repudia, reivindicando su derecho de continuar siendo una nena que no se quiere incorporar al universo adulto de sus padres». Sin embargo, el tiempo ha demostrado que no solo ha sido el personaje de los setenta, y que cincuenta años más tarde continúa siendo actual.
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